No sé si ya hayas aprendido que, con cada aflicción que te enfrentes viene una lección. Y cada lección te llevará a una promoción de parte de Dios y ¿sabes por qué? Porque la aflicción tiene dos objetivos específicos en la vida de un creyente: uno, hacernos crecer y, dos, prepararnos para lo que Dios desea de nosotros. Como resultado, la aflicción no debe ser vista como un enemigo del creyente, sino más bien, como un aliado en tiempos de crisis, porque cuando esta se presente a tu vida es porque Dios va a promoverte a un nuevo nivel espiritual. Entonces, ¿qué sucede después de la aflicción? Veamos qué dice la Palabra de Dios al respecto: "Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, DESPUÉS DE QUE HAYÁIS PADECIDO UN POCO, ÉL MISMO OS PERFECCIONE, AFIRME, FORTALEZCA Y ESTABLEZCA" (1 Pedro 5: 10 - RVR1960) . Hay cuatro cosas que suceden después de la aflicción, veamos cuáles son y cómo impactan la vida del creyente: Uno, PERFECCIÓN : después de q
"Predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).