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Mostrando las entradas de mayo, 2019

Una salida

¿Cuántos hemos pasado por momentos tan difíciles que la única salida que hemos considerado es tirar la toalla o hasta la misma muerte? Hay circunstancias en la vida que pueden llevar a una persona a tomar las peores decisiones si se basa en su propio razonamiento. Pero la verdad es que Dios no nos enviará solos al desierto, pues Él prepará el camino y nos proveerá durante el tiempo que debamos estar allí y asimismo, nos dará la salida. ¿Conoces la historia de Ester? Amán el agageo había decretado muerte para los judíos que se encontraban por todo el reino de Asuero, lo cual también incluía a Ester, la reina. Una circunstancia difícil que requería de medidas extremas, pero Ester hizo conforme a lo que la Palabra nos enseña, mira lo que le dice a su tío Mardoqueo: «Reúne a todos los judíos que se encuentren en Susa, y ayunen por mí, no coman ni beban durante tres días. También mis sirvientas y yo ayunaremos. Después de eso, me presentaré ante el rey, aunque la ley no lo permita. ¡Y

Al otro lado

En muchas ocasiones de nuestra vida, hemos sentido el llamado de Dios, sobre todo cuando nos quiere llevar de un lugar a otro o de un estado a otro mejor, ¿cierto? Sentimos en nuestro corazón que es de parte de Dios ir de un lugar a otro, sin embargo nos da temor. Y cuando vamos de un lado a otro se nos olvida que es el Señor quien nos dice pasemos al otro lado, es decir que está más que garantizado que Él estará con nosotros todo el tiempo, a través de la prueba por muy larga que esta sea, Él siempre estará ahí, porque desde el principio decidió que así sería. Mira lo que dice Lucas 8:22-25 (RVR1960): "aconteció un día que entró en una barca con sus discípulos y les dijo: pasemos al otro lado. Y partieron. Pero mientras navegaban, Él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago, y se anegaban y peligraban. Y vinieron a Él y le despertaron diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando Él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bon

Esperanza

La muerte es quizá de esas cosas que ningún ser humano quisiera tener que experimentar. Todos, sin excepción, quisiéramos que nuestros seres queridos vivieran para siempre, ¿no es así? Ayer mi familia experimentó el dolor que produce la muerte de un ser querido con la partida de una tía a quien amamos profundamente, la hermana menor de mi madre. Y mientras pensábamos cómo decirle a mi mamá que su hermana había partido, el Señor me reconfortaba con la Palabra y me llevó a este pasaje: "tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él" (1 Tesalonicenses 4:13-14 RVR1960). De este pasaje escrito por el Apóstol Pablo a la iglesia de Tesalónica podemos aprender dos cosas muy importantes: aquellas personas que no tienen esperanza después de la muerte y los que sí la tenemos. Lo

Sueños

¿Cuántos de ustedes tienen sueños? ¿Cuántos desean que esos sueños se hagan realidad? ¿Están tus sueños alineados a la voluntad de Dios para tu vida? Si tu respuesta a la última pregunta fue NO, entonces tu mayor preocupación, como hijo de Dios, debe ser permitir que, lo que Dios soñó para ti se cumpla en tu vida, se haga realidad. Hubo un personaje bíblico a quien Dios le dio un sueño tremendo y fue obediente y proactivo para cumplirlo, les hablo de José. Mira lo que la Palabra dice acerca de él y del sueño que Jehová Dios le dio: "Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos conspiraron contra él para matarlo. Se dijeron el uno al otro: —¡ahí viene el soñador! Ahora pues, venid, matémoslo y echémoslo en una cisterna, y diremos: “Alguna mala bestia lo devoró.” Veremos entonces qué será de sus sueños (Génesis 37:18-20 RVR1995) . El sueño de José, según la revelación y lo que Dios hace con él después, era ponerlo como gobernante en Egipto, una n

Aflicción

Muchas veces es difícil comprender que en medio de las situaciones adversas Dios está con nosotros y es que todo parece ser tan malo que olvidamos las promesas que nos ha hecho, por ejemplo, que estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20 RVR1995). ¿Sabes que durante la aflicción nuestra fe será puesta a prueba para ser promovidos a un mejor postrer? Veamos el caso de un gran personaje bíblico que vivió fuertes momentos de aflicción: "Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel. Pero Jehová estaba con José y le extendió Su misericordia y le dio gracia ante los ojos del jefe de la cárcel" (Génesis 39:20-21) . Hay dos cosas que podemos aprender de este corto pasaje. Lo primero es que Dios estará contigo en todo momento. Es tremendo ver cómo mientras José estuvo preso, una condición que quizá muchos no querrán pasar, Dios estuvo con Él. Si estás en la promesa y estás atrav

Inútil

Es triste ver cómo algunos creyentes piensan que solo congregándose en sus iglesias locales ya lo tienen todo ganado, olvidando que no fuimos llamados para ser servidos, sino para servir. Asimismo, olvidan que una manera más de glorificar el nombre del Padre es justamente llevando mucho fruto (Juan 15: 8). ¿Alguna vez has pensado qué será de ti si continuaras con una vida cristiana demasiado pasiva? Mira lo que dice la Palabra de Dios al respecto: "Por la mañana, volviendo de la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: nunca jamás nazca fruto de ti. Y luego se secó la higuera" (Mateo 21: 18-19 RVR1960). ¿Sabes qué representa la higuera? Ese creyente que se encuentra en su zona de comfort, asistiendo a su iglesia local, ese que no tiene ganas de servir, que cree que ya todo lo tiene ganado y que no hay nada por lo cual luchar más. Sin embargo, la Palabra es siempre clara y e

Enviado

"Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé y te dije: mi siervo eres tú, te escogí y no te deseché" (Isaías 41:9 RVR1960) Lo primero que debemos entender con esta palabra es que no fuimos nosotros quienes decidimos seguir a Dios, no fueron las estrellas las que se confabularon y se alinearon para que le conociéramos, NO, así no fueron las cosas. Desde el principio Dios pensó en ti, en el momento en el que te dio de Su Santo Espíritu era porque ya se había fijado en ti y supo que en ti hallaría un siervo poderoso, supo que eras alguien que iba a impactar el mundo espiritual. Nunca olvides que fue Dios quien se decidió por ti y no tú por Él. Por eso te sacó del lugar en donde estabas porque sencillamente ya no quería verte más en esa situación en la que te encontrabas. Le plació darte una nueva oportunidad, una nueva vida. Desafortunadamente, a veces lo olvidamos y nos confiamos y terminamos abriendo puertas y le permitimos al enemigo

Pelea

Una cosa es pelear solo y otra muy distinta es hacerlo de la mano de Dios, pero ¿sabes cuál es la mejor de todas? Cuando Dios pelea por nosotros; es allí cuando logramos entender que tenemos un Dios protector que nos cuida y batalla por nosotros de modo que nos da la victoria.  Israel, en el momento que salió de Egipto, tenía detrás a Faraón quien se había levantado para perseguirles para capturarlos y esclavizarlos. Otra circunstancia atenuante era aquel gran mar el cual humanamente era imposible de cruzar. Con todos estos ingredientes, no imagino la desesperanza de estas personas.  Fue en ese momento de angustia, persecución y miedo que Dios trajo un mensaje de esperanza, fe y confianza: todo  iba a estar bien , pues Él pelea por los suyos. “Y Jehova peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” Exodo 14:14 (RVR1960). Lo más difícil es cuando sabemos que Dios pelea por nosotros y queremos tomar las riendas de la situación; muchas personas se ponen en el frente d

Avergonzado

He escuchado conversaciones en las que las creyentes abiertamente no declaran su fe, sino que, por el contrario, sienten vergüenza de admitir que fueron llamados por aquel que obedientemente entregó Su vida por todos nosotros, pues finalmente su sacrificio en la cruz no fue solo para el pueblo escogido de Israel, sino que el Padre pensó en un plan de redención para toda la humanidad. Para este tipo de creyentes es como si necesitaran de la aprobación de hombres para admitir su fe, pero solo en ciertos contextos. Y no debemos caer en esa trampa, la Biblia nos recuerda las Palabras del Señor Jesús: "cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis Palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre" (Marcos 8:38 LBLA). Hubo un personaje bíblico que caminó con el Señor Jesús y que le prometió al Señor lo siguiente: "Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino