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Mostrando las entradas de junio, 2014

La Fe Sin Obras

Conozco muchas personas que están en el evangelio hace mucho tiempo,  antes que yo. Ese mismo grupo de personas lo podemos dividir en dos subgrupos. Uno, los que conocen de la Palabra y la gente saben que son Cristianos, los ven ir a la escuela dominical, pero nunca la han compartido con los demás, es como si la Palabra fuera  solamente  para ellos. En el segundo grupo, encontramos a los que dicen ser Cristianos, pero no leen la Palabra, no la comparten con nadie (porque no la leen) y tampoco hacen nada por la obra, van a la iglesia, no hacen parte de ningún ministerio, en fin son totalmente apáticos al trabajo en la iglesia. ¿En qué grupo te encuentras tú?  Que triste es ver que nos hemos acomodado tanto a la idea de solamente ir a los servicios de la iglesia, a las reuniones sociales de la iglesia, a los retiros, a los sancochos, pero nos hemos olvidado de los esencial: el amor por las almas, ese es el punto de partida y esto es lo que Dios desea que hagamos para Él

¿De dónde proviene nuestra fortaleza?

En nuestra vida, muchas veces, pensamos que depende de nosotros solamente poder hacer ciertas cosas. Creemos que con nuestras propias fuerzas podemos controlar e influir los resultados de las situaciones y/o adversidades; pero ciertamente muy equivocados estamos. Pareciera de obstinados el empeñarnos para que todo salga bien y cuanto más lo intentamos, más errores cometemos. Y empezamos a acumular error tras error y se convierte todo en una derrota, la cual deja siempre un amargo sinsabor al final. He conocido historias de creyentes que intentaron en sus propias fuerzas ganar almas para el Señor. Insistían de tal manera que lo único que lograban era que esas almas se distanciaran más aún del Dios viviente del cual les estaban predicando. La verdad es que en nuestras propias fuerzas nada podremos hacer. La Palabra del día de hoy se encuentra en: Jueces 16: 28 Entonces clamó Sansón a Jehová y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí y fortaléceme, te ruego solamente esta vez, oh D

Os sacaré de Egipto

Antes de empezar con el devocional, quisiera que repitieras esta corta oración en voz alta: Señor, te doy gracias por haberme permitido vivir un días más, porque sé que en tu infinita misericordia así lo has decidido. En tus manos pongo mis proyectos y planes de esta semana porque no quiero decidir qué camino recorrer,   sino más bien que Tú me muestres las sendas por las que he de andar, se Tú mi guía, muestrame los pasos que debo seguir, guía a mi espíritu a todo verdad que es revelada a través de tu santa Palabra. Te alabo, glorifico y bendigo en el nombre de Jesús, amén y amén. Cuando fuimos creados, La Palabra dice que Dios nos creó para todo obra buena  (2 de Timoteo 3:17), es decir que el hombre siempre ha tenido el propósito de hacer buenas obras en la tierra. Pero los afanes y la corriente de este mundo, nos desvían del propósito original para el cual fuimos creados. Es así como el enemigo nos pone vendas en los ojos y terminamos por hacer lo malo ante los ojos del Seño

¿De dónde proviene la tentación?

Muchas veces nos hemos hecho esta pregunta, pero difícilmente podemos responderla porque en ocasiones llegamos a pensar que es Dios quien nos tienta y confundimos dos términos que para nada debieran ser utilizados como sinónimos: tentación y prueba. Algo que debe entender el cristiano es de dónde provienen cada una, la tentación proviene del mal, el diablo es el tentador, pero la prueba viene de Dios y siempre viene con un propósito para nuestra vida y es de crecimiento espiritual. El propósito de la prueba es de fortalecer o preparar al creyente para lo que Dios desea hacer con su vida o ministerio, mientras que el objetivo de la tentación es robar aquello que Dios ha sembrado, hecho o depositado en ti. La tentación viene justo cuando descuidas tu intimidad con Dios, es decir que cuando viene la tentación, debo entender que mi intimidad con Dios la he empezado a descuidar. Deseo compartir con ustedes una palabra que sé será de tremenda bendición para entender que en Dios nunca

No temas, Yo te ayudo

Bendiciones para todos en el día de hoy: Estas últimas semanas han sido llenas de muchas ocupaciones, de muchas carreras, pero no nos podemos olvidar de todas las buenas cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas, ¿cierto?.  Sé que Él ha sido bueno y fiel para contigo y sé que has experimentado sus muchas bendiciones de la misma manera, sería bueno que le dieras la honra al Padre cada vez que algo extraordinario sucediera en tu vida. Compártelo con tus amigos para que vean cuán grande y maravilloso es aquel en quien tú has creído. Hay muchas personas, creyentes o no, que cuando las cosas no van como ellos esperan, se apartan de Dios. Y le buscan cuando necesitan de él, cuando no tienen trabajo, cuando existen situaciones que sólo Él puede arreglar. Entonces, se meten en oración fuerte, se congregan, alimentan su espíritu de una manera tremenda y cuando las cosas vuelven a su estado normal se olvidan del Padre de la bendición y vuelven a alejarse. Pero Dios es tan fiel y miser