¿Por qué muchas veces nos dejamos llevar a hacer lo malo? No sé si te sientas identificado con esta pregunta, pero muchas veces queremos hacer el bien. Sin embargo, algo en nuestra naturaleza pecaminosa nos arrastra y terminamos por hacer el mal. En ocasiones, en situaciones tan simples decidimos hacer el mal por encima del bien, por ejemplo: al ver a un mendigo, sabemos que debemos actuar y darle de comer o de beber, cualquiera que sea su necesidad, ¿verdad? No obstante, nos hacemos los de la vista gorda e ignoramos el padecimiento de esa persona, ahí fuimos vencidos y terminamos por hacer el mal.
La Palabra de Dios nos enseña una poderosa lección en este día: “porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal” (1 Pedro 3:17 RVR1960). Ahora, ¿qué significa padecer haciendo el bien? Muchos ministros del Señor han sido vituperados, calumniados y maltratados haciendo el bien, pero nada los detiene de hacer aquello por lo cual fueron llamados. No es común que sepamos acerca de los misioneros cristianos que son quemados vivos o acribillados por predicar el evangelio de salvación, es una triste realidad que los medios no muestran. En el mundo habrá aflicción, eso lo sabemos, pero lo que nos cuesta entender es cómo es posible que haciendo la obra del Señor debamos padecer. A pesar de estas cosas, somos exhortado a algo muy específico: “no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición” (1 Pedro 3:9 RVR1960).
Hacer el bien es justamente lo que muchos llaman malo, pero que es bueno ante los ojos de Dios. Padecemos cuando llevamos nuestros diezmos al altar, mientras el mundo nos juzga, pero ellos gastan su dinero en alcohol, vicios y otros. Padecemos cuando sacrificamos de “nuestro tiempo” para la obra cuando muchos lo malgastan viendo televisión o yendo a otros lugares. Padecer haciendo el bien, si es la voluntad de Dios, es hacer aquello por lo cual fuimos llamados. Todo creyente debe estar dispuesto a padecer por causa de nuestro Señor Jesús y si piensa lo contrario, entonces está en el lugar equivocado, porque el evangelio nunca será cosa fácil. Espero que esta reflexión haya llegado a tu vida en un buen momento. No se te olvide compartir, Dios te bendiga.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
La Palabra de Dios nos enseña una poderosa lección en este día: “porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal” (1 Pedro 3:17 RVR1960). Ahora, ¿qué significa padecer haciendo el bien? Muchos ministros del Señor han sido vituperados, calumniados y maltratados haciendo el bien, pero nada los detiene de hacer aquello por lo cual fueron llamados. No es común que sepamos acerca de los misioneros cristianos que son quemados vivos o acribillados por predicar el evangelio de salvación, es una triste realidad que los medios no muestran. En el mundo habrá aflicción, eso lo sabemos, pero lo que nos cuesta entender es cómo es posible que haciendo la obra del Señor debamos padecer. A pesar de estas cosas, somos exhortado a algo muy específico: “no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición” (1 Pedro 3:9 RVR1960).
Hacer el bien es justamente lo que muchos llaman malo, pero que es bueno ante los ojos de Dios. Padecemos cuando llevamos nuestros diezmos al altar, mientras el mundo nos juzga, pero ellos gastan su dinero en alcohol, vicios y otros. Padecemos cuando sacrificamos de “nuestro tiempo” para la obra cuando muchos lo malgastan viendo televisión o yendo a otros lugares. Padecer haciendo el bien, si es la voluntad de Dios, es hacer aquello por lo cual fuimos llamados. Todo creyente debe estar dispuesto a padecer por causa de nuestro Señor Jesús y si piensa lo contrario, entonces está en el lugar equivocado, porque el evangelio nunca será cosa fácil. Espero que esta reflexión haya llegado a tu vida en un buen momento. No se te olvide compartir, Dios te bendiga.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
Hola, soy un joven de 25 años conozco de Cristo desde los 12 años entre a la Iglesia desde muy pequeño por que me gustaba ir compartir, aprender, etc. pero creo que los últimos años comenzó mi declive, no soy un joven con vicios ni adicciones trato de ser obediente con mis autoridades (familiares) además que me considero un hombre travajador con temor de Dios, en otras palabras un siervo....
ResponderBorrarSin embargo desde hace 6 años me encuentro con algunas dificultades económicas trabajando muchas horas por sueldos muy bajos pero siempre con la esperanza en Dios de que todo mejoraría incluso líderes y pastores me lo decían seguido sólo espera esto es una prueba un proceso ya pasará pero las cosas han empeorado este último año no he podido trabajar no tengo dinero, deje mis estudios y me he confinado a una habitación por que no tengo a donde ir...
A pensar de todas las ofertas de trabajo a las que acudo no soy seleccionado para ningubo...
Llegando a preguntar que he hecho mal para que Dios no me ayude a conseguir empleo, pero cuando busco respuestas en lo secreto no pasa nada consultó a los líderes espirituales y sólo me dicen cual texto aprendido todo pasará es parte del proceso...
Estos años han sido muy duros me había mantenido firme pero ya no siento nada en el corazón sólo molestia rabia por mi situación siento que mienten todas las iglesias al decir que todo está bien y todo va a peor
Estoy a punto de tirar todos esos años de fe y confianza a la borda por que el Dios todo poderosos en el que creí no ha podido cumplir una simple petición un trabajo no para ser millonario y mal gastar sólo quiero un empleo que pague justo por mi trabajo, cuyo salario alcance para tener un techo ropa limpia y alimento eso es todo...
Supongo que escribo aquí por que busco una respuesta que nadie es capaz de dar...
Y si o la consigo me imagino que haré parte de la estadística de las personas que abandonan la fe...
E invertire mi tiempo y mi esperanza otra cosa tal ves mas productiva...