Hoy finalizamos esta serie de cinco devocionales bajo el título Aprendiendo A Esperar En Dios. Aquí está nuestra última entrega. Espero que estos cinco aspectos o lecciones hayan sido de mucha bendición para ustedes. ¿Qué otra lección podemos aprender de Génesis 15:1-6 - RVR1960)?
CUATRO: nunca dejes de creer que Dios hará su imposible posible. Como les decía al inicio de esta serie, las respuestas de Dios son: sí, no, y aún no estás preparado. A veces, el silencio de Dios es una de esas respuestas con las que tenemos que lidiar, y créeme no es fácil sentirse ignorado, pero la Palabra es fiel y Él también cuando dice "clama a Mí y Yo te responderé" (Jeremías 33:3), ahí está la certeza de que Jehová Dios escucha. En medio de ese silencio y de esa espera, lo que nunca debes llegar a pensar es que Dios no está operando o que no está haciendo nada, pues siempre tiene el control de todas las cosas, aún cuando parezca lo contrario, Él está preparando todo para que recibas tu bendición o ese milagro por el cual estás clamando. Toma como ejemplo el embarazo, a través del crecimiento del abdomen de la mujer es que notas que hay algo dentro de ella, y no lo puedes ver, pero tienes la certeza de que hay algo ahí, ¿no es verdad? Lo mismo sucede con Dios y Sus promesas, porque luego de la espera podrás ver a ese bebé, tu bendición.
Si estás experimentando el silencio de Dios en tu vida, quiero decirte, que Él no ha dejado de escucharte y tampoco se ha cansado de hacerlo, lo más probable que esté sucediendo estas cosas: (1) Aún no estás preparado para recibir tu bendición y Dios necesita prepararte por medio de la espera para obtenerla, y (2) Dios desea probar tu fe en medio de todo este proceso, pues es necesario que tu fe sea probada (1 Pedro 1:7). Sin importar cuál sea la razón, Dios ha estado y siempre estará en control de tu vida y en Su tiempo, así como Abraham, tú también recibirás esa bendición que tanto anhelas, solo debes esperar pacientemente y creer en Él, nunca olvides que "para Dios no hay nada imposible" (Lucas 1:37). Dios te bendiga tu vida sobreabundantemente. No dejes de ser bendición a otros, comparte este mensaje.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
CUATRO: nunca dejes de creer que Dios hará su imposible posible. Como les decía al inicio de esta serie, las respuestas de Dios son: sí, no, y aún no estás preparado. A veces, el silencio de Dios es una de esas respuestas con las que tenemos que lidiar, y créeme no es fácil sentirse ignorado, pero la Palabra es fiel y Él también cuando dice "clama a Mí y Yo te responderé" (Jeremías 33:3), ahí está la certeza de que Jehová Dios escucha. En medio de ese silencio y de esa espera, lo que nunca debes llegar a pensar es que Dios no está operando o que no está haciendo nada, pues siempre tiene el control de todas las cosas, aún cuando parezca lo contrario, Él está preparando todo para que recibas tu bendición o ese milagro por el cual estás clamando. Toma como ejemplo el embarazo, a través del crecimiento del abdomen de la mujer es que notas que hay algo dentro de ella, y no lo puedes ver, pero tienes la certeza de que hay algo ahí, ¿no es verdad? Lo mismo sucede con Dios y Sus promesas, porque luego de la espera podrás ver a ese bebé, tu bendición.
Si estás experimentando el silencio de Dios en tu vida, quiero decirte, que Él no ha dejado de escucharte y tampoco se ha cansado de hacerlo, lo más probable que esté sucediendo estas cosas: (1) Aún no estás preparado para recibir tu bendición y Dios necesita prepararte por medio de la espera para obtenerla, y (2) Dios desea probar tu fe en medio de todo este proceso, pues es necesario que tu fe sea probada (1 Pedro 1:7). Sin importar cuál sea la razón, Dios ha estado y siempre estará en control de tu vida y en Su tiempo, así como Abraham, tú también recibirás esa bendición que tanto anhelas, solo debes esperar pacientemente y creer en Él, nunca olvides que "para Dios no hay nada imposible" (Lucas 1:37). Dios te bendiga tu vida sobreabundantemente. No dejes de ser bendición a otros, comparte este mensaje.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
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