"El sistema", o lo que conocemos como el mundo, está diseñado para distraer al cristiano a como dé lugar; la idea de nuestro adversario, el diablo, es que estemos desconectados de la fuente de vida eterna, ya que un cristiano distraído no representa ninguna amenaza para él. En ese orden de ideas, si un cristiano está distraído dejará de orar, deja de usar las armas espirituales para combatir a un amigo que, a pesar de moverse en lo físico, es un enemigo espiritual. Un cristiano distraído es un candidato a enfriarse y, por ende, podría devolverse al mundo en cualquier momento. Pero antes de tomar cualquier decisión si estás distraído, mira lo que la Palabra de Dios enseña: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4:5-6 RVR1960).
En estos dos versículos está consignado lo que debemos hacer si somos víctimas del afán. Como primera medida, la Palabra nos exhorta a no afanarnos, sino a o orar a Dios y con acción de gracias, wow, eso es tremendo. Y quizá usted se pregunte, pero ¿por qué con acción de gracias? Porque Dios siempre tiene el control y sabe por lo que cada uno de nosotros está pasando, en su omnisciencia, Él sabe de cada batalla o situación adversa por la que atravesamos y entiende que lo primero que hacemos en esos casos es afanarnos y del afán viene el enfriamiento espiritual. Hay que dar gracias en todo tiempo, aún cuando venga el afán. Así que, aún cuando vengan estos momentos, hagamos lo que el apóstol Pablo recomienda, "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia" (Efesios 6:18 RVR1960). Si vamos a orar, hagámoslo con toda perseverancia, no por un día o dos, seamos persistentes, Dios escuchará nuestras oraciones.
Lo segundo que el Señor nos quiere decir en esta mañana, inicio de semana, es que Su paz va a guardar nuestros corazones y pensamientos y, quizá, usted se pregunte y ¿qué tiene que ver la paz de Dios en todo esto? Amado(a), tiene mucho qué ver, porque nuestro pensamiento estará sujeto a las influencias del enemigo para que no hagamos la voluntad del Dios y ese mismo enemigo puede hacer que tomemos decisiones alejados del propósito de Dios. Por lo tanto, "para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones" (2 Corintios 2:11 RVR1970). Ignorar que en los momentos de dificultad el enemigo no nos va a atacar es pensar que un león frente a una presa no la va a devorar. Nuestro adversario siempre está al asecho, buscando la manera de hacernos caer para destruirnos y acabar con lo que Dios ha depositado en cada uno de nosotros. No ignoremos que en medio de este tipo de circunstancias es cuando más vulnerables somos a uno de sus ataques.
Si en estos momentos te encuentras afanado y has dejado la oración de lado, te digo que has abandonado el arma que te mantendrá conectado a la fuente de vida y que te mantendrá firme y recargado en medio del afán, así que vuélvete a la oración y persevera en medio de esta situación, Dios siempre tiene el control. Espero que esta reflexión haya llegado en el momento adecuado a tu vida. Y si ha sido de bendición, te invito a que compartas para que alguien más sea bendecido. Qué tengas un feliz y bendecido inicio de semana. ¡Bendiciones y paz!
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
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