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Mostrando las entradas de diciembre, 2016

¿Cómo te fue este año?

Estamos llegando al fin de otro año más y nos quedan preguntas como estas en el aire: ¿qué dejé de hacer que me propuse para el 2016? ¿Alcancé todas las metas espirituales que me propuse para este año?. Con el fin de año viene, además, una mirada retrospectiva en la que debemos analizar y evaluar qué tal nos fue para ver la magnitud de lo que alcanzamos o lo que dejamos de alcanzar. Con esto quiero decir que, cada año hacemos un listado de cosas que deseamos hacer o alcanzar en todas las áreas de nuestras vidas, incluyendo las espirituales. Ahora bien, déjame hacerte dos preguntas: ¿qué tal te fue este año con tus metas? Después de esa mirada retrospectiva, ¿pasaste el año o sencillamente te rajaste?. Es muy sencillo empezar un nuevo año determinando hacer muchas cosas, algunas alcanzables, otras no tanto, pero la idea es trasarse metas y buscar la forma de ser cada vez mejor, de crecer, ¿verdad?. Pero, ¿qué nos enseña la Palabra de Dios respecto a este tema de trasarse metas? Veamo

Retroceder Nunca

Para muchos creyentes es bien difícil mantener su fe intacta. Y es que no es mentira, es cierto: la fe es probada (1 Pedro 1:7 - RVR1960), necesita ser probada. Solo bajo circunstancias adversas es que sabemos de qué estamos hechos, ¿no es así?. No obstante, hay creyentes que cuando su fe está siendo probada es cuando deciden retroceder y retroceden para mal porque regresan al mismo lugar de donde el Señor les sacó. ¿Será que el retroceder es una opción en la carrera del evangelio? ¿Hay alguna otra opción distinta a la de retroceder? ¿Qué debo hacer cuando estoy a punto de retroceder?. Veamos qué dice la Palabra de Dios al respecto: "Pero nosotros NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma" (Hebreos 10: 39 - RVR1960). Hay dos cosas de las que la Biblia nos enseña en esta mañana.  Número uno, NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN . Cuando la Palabra nos dice esto, también nos quiere decir que la derrota no es de los hi

Tu Mejor Regalo

Ahora que la navidad se acerca, recuerdo cuando pensaba qué quería de regalo. Y cuando eres niño, la cabeza, literalmente, te da vueltas pensando qué pedir. La TV está llena de anuncios publicitarios de regalos tanto para niños como para niñas y no sabe qué escoger. Las tiendas atiborradas de regalos y en ocasiones tampoco sabía qué pedir. A lo último, cualquier regalo era bueno, total era pasar navidad con regalo a bordo. En estos días alguien decía algo muy cierto: LA NAVIDAD SE TRATA DE JESÚS. La navidad no se trata de un regalo que puedas recibir en esta época, la navidad es mucho más que eso. Y con esto no estoy diciendo que Jesús haya nacido en este mes de diciembre, no, para nada. Pero es una forma de la iglesia celebrar el nacimiento del ser más maravilloso que haya caminado sobre esta tierra. La Palabra dice: "en esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él" (1 Juan 4:9 - RVR1960) . Jes

Volviendo a casa

Hay muchas circunstancias que hacen que nos separemos de la presencia de Dios. El pecado es una de las principales, pues cuando pecamos esa comunicación con el Padre se rompe en inmediatamente. Es así como entristecemos al Espíritu Santo que mora en nosotros. Otra razón que incide para apartarnos de la presencia del Todopoderoso son las pruebas. Hay muchos creyentes que, en medio de la prueba, lo dejan todo tirado y se alejan... Perdiendo de esa manera todo lo que habían logrado construir al lado de Dios. Tiran por la borda tantos esfuerzos y sacrificios, ¿no es así? Pero cuando nos alejamos de la presencia de Jehová, nos cuesta mucho volver a recuperar aquello que, con tanto esfuerzo, habíamos logrado. La Biblia nos habla de la parábola del hijo pródigo y del recibimiento que hizo el padre cuando el hijo regresa a casa. Hoy deseo compartir con ustedes una hermosa enseñanza, vayamos a: Lucas 15:18 - RVR1960, "Me levantaré e iré a mi padre; y le diré: Padre, he pecado con

Alejados del pecado

Es triste saber que hay personas que, aún conociendo el gran sacrificio que Cristo hizo en la cruz, siguen empeñadas en vivir una vida que no agrada a Jehová Dios. El objetivo de Cristo al morir en la cruz era vencer al pecado y darnos la libertad para no seguir siendo ni presas ni esclavos del mismo, sino, por el contrario, sacarnos de aquellos caminos de muerte para darnos vida eterna.  Cuando somos llamados hijos de Dios es porque hemos creído en el Señor Jesús como nuestro único y suficiente Salvador,  pero si pecamos, la cosa está grave, pues sabemos que debemos alejarnos del pecado, y empezar a vivir como Él mientras estuvo en la tierra. El Señor Jesús vivió una vida libre de pecado y Él ha sido el gran ejemplo para el hombre. Cristo tuvo una vida intachable, sin manchas, y pudiendo haber pecado no lo hizo porque quería demostrarnos que sí se podía vivir una vida en santidad, apartados del pecado. Mira lo que dice la Palabra de Dios respecto a este tema: "Sabemos que todo

Ocasiones de caer

Cuando medito, me pregunto, ¿por qué caen los cristianos? ¿A qué se debe la caída? ¿Por qué una persona que está firme cae?. Y es que últimamente, he visto cómo personas allegadas a mí han caído víctimas de las acechanzas del enemigo y es cuando más recapacito en aquel pasaje que dice "para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones" (2 Corintios 2:11 - RVR1960). Quizá una razón, en este sinnúmero de posibles razones, es que al caer se ignora que el diablo desea verte caído y destruido, desea verte en el mismo fango de donde un día te sacó Jehová Dios. Sin importar la razón, el creyente siempre debe siempre recordar lo que nos enseña la Palabra de Dios, esa advertencia de Juan 10:10, "el ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir". Y en ese mismo orden de ideas es que empieza su trabajo. Inicialmente, el enemigo te roba la Palabra que ha sido sembrada en tu corazón y junto con ella la fe. Y el segundo paso e

¿En quién confías en medio de la prueba?

La prueba es, quizá, la manera más dura que Dios utiliza para determinar de qué estamos hechos, dicho en otras palabras si somos débiles o fuertes, espiritualmente hablando. En medio de ellas y a través de ellas muchas cosas son las que quedan en evidencia. Probablemente nos gusta ir al culto, orar y servirle al Señor, pero la verdad es que todos desearíamos tener un evangelio fácil. No queremos pasar por las pruebas, queremos que todo sea color de rosa. Sin embrago, la prueba es necesaria, pues es la forma en la que Dios podrá moldear nuestro carácter. Además, en medio de la prueba Dios tratará algo contigo y te preparará para ser promovido a otro estado espiritual de mayor exigencia. Una de las pruebas que más me llama la atención fue aquella por la que tuvo que atravesar Daniel en el foso de los leones. ¿Cuántos de nosotros no hubiéramos "tirado la toalla" al ser arrojados a ese foso? ¿Cuántos no hubiéramos perdido la esperanza de golpe? ¿Cuántos no hubiéramos blasfemad

Aprendiendo a tener paciencia

Paciencia, vaya que si es una palabra corta, pero que encierra gran cantidad de cosas, ¿no es así? Es tan fácil perderla y tan difícil no permitirle a ninguna circunstancia que la perdamos. "Es que no me tienen paciencia" decía Chespirito en su personaje el Chavo del 8. Y cuando hablamos de paciencia algunas personas imaginan a personajes como Gandhi o al Dalai Lama, y los ven como grandes estandartes de ella. Pero, ¿te has preguntado si la puedes cultivar? ¿Será que es exclusiva de seres humanos extraordinarios? ¿Qué puedo hacer para aprender a tener paciencia? ¿Qué nos enseña la Palabra de Dios al respecto? Veamos: "Si vienen aflicciones a nuestras vidas, podemos regocijarnos también en ellas, porque nos enseñan a tener paciencia; y la paciencia engendra en nosotros la fortaleza de carácter y nos ayuda a confiar cada vez más en Dios, hasta que nuestra esperanza y nuestra fe sean fuertes y constantes" (Romanos 5: 3 & 4).   ¿Qué podemos, pues, aprender