Hoy deseo compartir con ustedes acerca de la siembra. Pero definamos, primeramente, qué es la siembra para entender su propósito y por qué Dios nos enseña que hay poder y bendición en ella. Según el DRAE, la siembre es acción y efecto de sembrar, o sea que, el que siembra recoge, sencillo, ¿no es así? Anteriormente les comentaba un ejemplo de la siembra que utilicé en una lección del discipulado al preguntarle a mis estudiantes cuántas pepas de mango se necesitaban para sembrar un árbol de mango, la respuesta es una. Y, ¿cuántos frutos puede llegar a producir un solo árbol de mango? La respuesta es MUCHOS. Igualmente, así es el efecto de la siembra en el mundo espiritual. Muchas veces confundimos la siembra con el diezmo, la siembra con la ofrenda y/o las primicias, y la verdad es que son muy diferentes. El diezmo hace parte de la ley, que como cristianos, cumplimos. Apartar el 10% de nuestras ganancias para Dios, tal cual lo hizo el pueblo de Israel muchas veces es algo que hacemos
"Predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).