Me encanta la manera cómo el Señor Jesús abordó muchas situaciones mientras caminó en la tierra. Y quizá algo que le caracterizaba era la sinceridad y lo directo para decir las cosas. ¿Qué responderías al Señor si te preguntara me amas? De seguro responderás que sí, no lo pensarías dos veces. Lo mismo hizo el Apóstol Pedro, respondió sí sin titubear. Pero, ¿qué implica responder afirmativamente a esta pregunta? Veamos lo que la Palabra nos quiere enseñar en este día:
"Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas" (Juan 21:16 RVR1960). Lo que implica responder afirmativamente esta pregunta es algo que quizá no estamos dispuestos a hacer, pero es lo que el Señor demanda de cada uno de nosotros. Al responder que sí debemos pastorear las ovejas del Señor. Probablemente no te sientas identificado con esta posición, quizá a tu mente vienen excusas como, "ese no es el llamado que me hizo el Señor", "yo no soy pastor", etc. Si estás pensando eso, déjame decirte cuán equivocado estás. Pedro tenía llamado de Apóstol, aún así sí cumplió con esta orden y pastoreo el rebaño que le fue encargado. Tener el llamado de Pastor y pastorear las ovejas del Señor son dos cosas distintas, no obstante, todo el cuerpo de Cristo está llamado a pastorear o cuidar de otro. Piensa en el discípulo que tienes, piensa en esa persona que has ganado para Cristo, piensa en aquel que rescataste, ¿podrías cuidar de él sin pastorearlo? No lo creo.
El amor es demostrativo, el amor no solo consiste en palabras, sino más bien en hechos y si realmente queremos decirle al Señor Jesús que le amamos, qué mejor manera de hacerlo que pastoreando sus ovejas. Nadie puede decir que ama al Señor si no ama a su prójimo, ¿verdad? Y la misma Palabra lo respalda: "si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos" (Juan 13:35 DHH). Una vez más, la Biblia nos está diciendo que el amor es demostrativo y nadie puede decir que ama al Señor si no ama a su prójimo y, aún más, a su enemigo. Demostramos amor por los demás cuando cuidamos de ellos, eso es pastorear ovejas, no es una tarea difícil, pero si bien reflexionas, tú eres el producto del pastoreo de alguien más, ya alguien así lo hizo contigo, entonces ¿amas realmente al Señor? Pastorea sus ovejas sin excusas. Que sea el 2018 un año de reto y que empieces a pastorear a otros para el Señor. Espero que esta reflexión haya hablado a tu vida, no olvides ser de bendición para otros, comparte hoy.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
"Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas" (Juan 21:16 RVR1960). Lo que implica responder afirmativamente esta pregunta es algo que quizá no estamos dispuestos a hacer, pero es lo que el Señor demanda de cada uno de nosotros. Al responder que sí debemos pastorear las ovejas del Señor. Probablemente no te sientas identificado con esta posición, quizá a tu mente vienen excusas como, "ese no es el llamado que me hizo el Señor", "yo no soy pastor", etc. Si estás pensando eso, déjame decirte cuán equivocado estás. Pedro tenía llamado de Apóstol, aún así sí cumplió con esta orden y pastoreo el rebaño que le fue encargado. Tener el llamado de Pastor y pastorear las ovejas del Señor son dos cosas distintas, no obstante, todo el cuerpo de Cristo está llamado a pastorear o cuidar de otro. Piensa en el discípulo que tienes, piensa en esa persona que has ganado para Cristo, piensa en aquel que rescataste, ¿podrías cuidar de él sin pastorearlo? No lo creo.
El amor es demostrativo, el amor no solo consiste en palabras, sino más bien en hechos y si realmente queremos decirle al Señor Jesús que le amamos, qué mejor manera de hacerlo que pastoreando sus ovejas. Nadie puede decir que ama al Señor si no ama a su prójimo, ¿verdad? Y la misma Palabra lo respalda: "si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos" (Juan 13:35 DHH). Una vez más, la Biblia nos está diciendo que el amor es demostrativo y nadie puede decir que ama al Señor si no ama a su prójimo y, aún más, a su enemigo. Demostramos amor por los demás cuando cuidamos de ellos, eso es pastorear ovejas, no es una tarea difícil, pero si bien reflexionas, tú eres el producto del pastoreo de alguien más, ya alguien así lo hizo contigo, entonces ¿amas realmente al Señor? Pastorea sus ovejas sin excusas. Que sea el 2018 un año de reto y que empieces a pastorear a otros para el Señor. Espero que esta reflexión haya hablado a tu vida, no olvides ser de bendición para otros, comparte hoy.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
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