"Y el SEÑOR dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que Yo dé a los madianitas en su mano; para que no se alabe Israel contra mí, diciendo: mi mano me ha salvado" (Jueces 7:2).
Cuando Jehová Dios levantó a Gedeón como juez en el pueblo de Israel, los madianitas los habían afligido durante doce años. Robaban sus productos y como langostas acababan con todas sus posesiones.
Sin embargo, ellos clamaron y se acordaron de Jehová Dios y El Señor decide librarlos de esa opresión y le dice a Gedeón que le dará a los madianitas. Así que Gedeón reune un ejército de alrededor de diez mil hombres para ir a la guerra contra ese pueblo que les afligía. Pero para Dios ellos eran muchos para darles la victoria. Así que, Dios ordena a Gedeón que hiciera varias cosas para que su ejército tuviera menos hombres. Al final de todo ello, terminaron siendo trescientos hombres solamente.
Lo que debemos aprender de esta historia es que no es con tus fuerzas ni con un gran número que Dios te dará la victoria sobre aquello que te aflige en tu vida. Obtendrás la victoria sólo si tienes Su respaldo y si mantienes una excelente comunión con Su Santo Espíritu.
No olvides que nada de lo que hagas con tus propias fuerzas prosperará, tampoco obtendrás la victoria si no le pides a Dios que vaya delante de ti. Déjate guiar por Él y de seguro obtendrás la victoria que tanto anhelas para ti.
Dios te bendiga y te dé fuerzas sobrenaturales para permanecer y no desfallecer. La victoria está cerca y si desdalleces no la verás. #VictoriaHayEnJesús
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