¿Qué determina tu servicio a Dios?
Hay muchos creyentes que determinan la calidad de su servicio a Dios dependiendo de las circunstancias. Quiere decir, que cuando las circunstancias apremian, el servicio es de excelencia, doy lo mejor de mí. Pero cuando las circunstancias son adversas, mi servicio a Dios no es el mejor. Y el objetivo es que ninguna circunstancia, por muy apremiante que sea, determine la calidad de servicio con la que le sirves a Jehová Dios, tu Señor.
Miremos este caso en la Palabra, Hechos 3:1-6 - RVR1960:
"Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda".
En este pasaje del libro de los Hechos, vemos a un Pedro y a un Juan sin dinero, quienes aparentemente no tenían nada, y se encuentran a su paso con este personaje, un cojo que pedía limosna a la puerta del templo. Pero esta persona, dice la Palabra en el verso 5 que, "esperaba recibir algo de ellos", pero ¿cómo si Pedro ni Juan tenían dinero?. Pues "algo" que menciona la Palabra, quizá no hace referencia a lo material, sino a lo espiritual y, de hecho, recibió algo espiritual ese día: su sanación.
Imagínese por un momento, si Pedro y Juan por no tener ni oro ni plata, hubieran decidido no hacer nada porque no tenían dinero, la Gloria de Dios no se habría manifestado sobre la vida del cojo, ¿verdad? De ese mismo modo, quiere que pienses en tu propia vida y ministerio. ¿Qué circunstancias te apremian? ¿Por cuáles tormentas estás atravesando? ¿Estas determinan tu servicio a Dios?. Si la respuesta es SÍ, entonces déjame decirte que tu servicio a Dios siempre será condicionado a lo que tengas y a lo que emocionalmente sientas en ese momento, por lo cual será mediocre y no de excelencia.
¿Qué podemos aprender de la historia del cojo en esta mañana? Que lo único que puede determinar mi servicio a Dios es el AMOR. Sí, el amor por Él y las almas. Cuando el Señor Jesús hablaba con los fariseos, les dijo lo siguiente: "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y gran mandamiento. Y el segundo es semejante: amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley" (Mateo 22: 34-40 - RVR1960). Tremendo, todo se basa en el AMOR.
La historia hoy sería distinta si Pedro y Juan no hubieran sentido amor y compasión por ese cojo, quien no necesitaba nada material, sino espiritual. ¿A cuántas personas has dejado de dar algo sobrenatural solo porque las circunstancias así te lo permitieron?
Dios te bendiga poderosamente en este día. No olvides ser de bendición para otros, comparte el mensaje.
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