¿Sabes cuál de las armas espirituales que tenemos es la más atacada de todas? LA ORACIÓN. Alguna vez escuché a alguien decir, cristiano que ora, el diablo lo devora y al analizar esta expresión me doy cuenta que un creyente que no ora no puede ejercer su autoridad en el mundo sobrenatural, así como tampoco podrá mantener una estrecha relación con el Padre, ¿cómo puede llegar a conocer la voluntad del mismo si no hay tiempos de intimidad? En el creyente debe existir siempre la necesidad de orar y no desmayar, ya que orar fervientemente es lo que marca la diferencia en lo espiritual. ¿Sabes qué dice la Biblia respecto a esto? “No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo” (Efesios 6:18 DHH) . El adversario conoce tanto el poder de la oración que cuando va a atacar a un creyente, lo primero que ataca es su tiempo de oración, de intimidad con Dios. Es por eso, que el Señor n
"Predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).