Muchos se preguntan en qué radica o consiste el éxito de algunas personas. E intentamos buscar la respuesta, tal vez, en los lugares menos indicados, leemos libros de crecimiento personal, vamos a las conferencias de coaches o, simplemente, escuchamos el testimonio de otras personas, pero muy en el fondo sentimos que estas recetas no son las corrrectas. Esta reflexión venía dando vueltas en mi cabeza por días hasta que el Señor me regaló la Palabra y, al leerla, supe que era confirmación de lo que Dios desea para ti en este nuevo año. Quizá ya has pasado por este verso en otras ocasiones, pero la revelación no había venido. Mira lo que la Palabra nos enseña: "Nunca dejes de leer el libro de la Ley; estúdialo de día y de noche, y ponlo en práctica, para que tengas éxito en todo lo que hagas" (Josué 1: 8 TLA).
¿Qué debes hacer para tener éxito garantizado en todo lo que emprendas en el 2019? Tres cosas bien puntuales: no dejes de leer la Palabra, estudiarla y, lo más importante, ponla en práctica. Desglocemos un poco cada uno estos aspectos. Simón Pedro en el evangelio de Juan le pregunta algo clave al Señor Jesús, ¿y a quién seguiremos Señor? Solo Tus Palabras dan vida eterna (Juan 6: 69 TLA). La Palabra de Dios es el alimento espiritual diario que el creyente necesita para no secarse, para no convertirse en tierra árida, espiritualmente hablando. Así como el cuerpo necesita de alimento físico, el espíritu del creyente necesita leer la Biblia todos los días. Dentro de tu dieta espiritual si no está la oración ni el estudio de la Palabra, déjeme decirle que usted es candidato a secarse.
El segundo aspecto a tratar es el estudio de la Palabra misma. Muchos creen erroneamente que quienes estudian la Palabra son los maestros de las iglesias, pero esto es una creencia completamente equívoca. Déjame hacerte una pregunta, ¿cómo puedes llevar a cabo la Gran Comisión si no estudias la Biblia y te preparas para ello? Otras versiones de la Palabra hablan de meditar, lo cual el diccionario de la Real Academia define como pensar atenta y detenidamente sobre algo y eso es lo que justamente debemos hacer al leer la Palabra de Dios. Finalmente, nuestro último asécto es ponerla en práctica. Hay dos cosas que se hacen al leer la Biblia, guardarla y ponerla en práctica. Quizá de estas dos la más difícil es la segunda, pero el Señor Jesús nos enseñó cuando caminó sobre esta tierra que no es imposible, pues Él vivió la Palabra y la Palabra fue su estándar de vida. Si deseas tener éxito en todo lo que emprendas en este nuevo año, entonces te invito a atesorar esta Palabra en tu corazón y a ponerla por obra. Espero que esta reflexión sea de gran bendición para ti. Si crees que será de bendición para alguien más, entonces te invito a compartir. Dios te bendiga sobreabundantemente.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
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