El principal obstáculo con el que el creyente se encuentra para no cumplir el propósito ni la voluntad de Dios en su vida es él mismo, ¿suena duro no es así? Y no se trata de su pareja, el trabajo, la familia, ni los estudios, se trata de él mismo. Es por ello que, se hace necesario que tomemos decisiones radicales en nuestra vida, las cuales permitirán al Señor hacer Su perfecta voluntad en nosotros. Si al momento de escuchar la voz y atender el llamado fuéramos obedientes, muchas cosas maravillosas sucederían en nuestras vidas. Mira en este pasaje lo que dice la Palabra de Dios: "y Él contestó: he aquí, Yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; PORQUE SERÁ COSA TREMENDA LA QUE YO HARÉ CONTIGO" (Éxodo 34:10 RVR1960) . ¿Por qué nos cuesta creer tanto en promesas como estas? Sencillo, porque el enemigo siempre intentar
"Predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).