A veces suele ser un tanto difícil conocer el propósito por el que fuimos llamados, escogidos y apartados. Muchos creyentes están en las iglesias, pero desafortunadamente no saben por qué están allí. Y pasa el tiempo y empiezan a frustrarse porque desconocen su propósito en el Señor. Hoy puedo asegurarte que, todo creyente está llamado a servir y a predicar el evangelio de la salvación a otros. Es decir, así como un día alguien te predicó y el evangelio se hizo efectivo en ti, asimismo debes hacer: sembrar la Palabra en otras personas sin importar si la semilla produce fruto inmediatamente o no, sin importar si esa persona termina congregándose en tu iglesia local o no.
El Señor Jesús la tenía clara, sabía lo que debía hacer. En Mateo 15, la Palabra nos habla acerca de la mujer cananea o sirofenicia. Esta mujer no era del pueblo de Israel, era gentil, pero llega donde estaba el Maestro a pedir que su hija fuera sanada. Y el Señor Jesús le responde estas palabras: “no soy enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel” (Mateo 15:24 RVR1960). ¿A qué fue enviado el Señor Jesús? La respuesta está fácil, a las ovejas perdidas. En otras palabras y como Él también lo expresó antes, “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (Mateo 9:12 RVR1960). Así pues, el evangelio es para aquellas personas que reconocen que, en su condición, necesitan que Dios traiga orden a sus vidas. Tú has sido escogido y enviado a llevar el evangelio a las ovejas perdidas, porque hay ovejas que aún creen que sin Dios están bien. No olvides que el objetivo final del evangelio es reconciliar a la humanidad con su Creador.
Si hasta hoy sentías que no sabías qué estabas haciendo en la iglesia y te sentías frustrado por conocer tu propósito, entonces necesitabas leer esta reflexión. Tu vida como creyente no tendrá sentido si no cuentas a otros acerca del evangelio de la salvación. Tu vida tendrá sentido cuando empieces a cumplir con la gran comisión, “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15 RVR1960). Dios en Su infinita misericordia hizo extensiva la salvación a toda la humanidad, Él prometió a Abraham que en él, "serán benditas todas las familias de la tierra" (Génesis 12:3 RVR1960); por ello, el Señor Jesús no se rehusó cumplir el milagro de la mujer cananea, ya que ella también recibiría las bendiciones. Esto nos demuestra que el Señor Jesús no se rehusó a servirle a esta persona aún siendo gentil. Él no esperó que el evangelio se hiciera extensivo a toda la humanidad para salvar a su hija, lo hizo en ese mismo instante y lo hizo por la fe que ella tenía.
Tú has sido enviado a compartir lo que por gracias una vez recibiste, ese es tu propósito en el Señor, cúmplelo. Espero que esta reflexión haya llegado a tu vida en el momento apropiado, así como siempre llega Dios. No olvides ser de bendición y compartir con otras personas este devocional.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
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