No contaminarse A pesar de que los creyentes nos encontramos viviendo en un sistema donde la decadencia, la perdida de valores y las obscenidades son pan de cada día, debemos recordar que no somos parte del sistema ni de sus problemas, más bien somos la respuesta a un sistema viciado que solo conduce a caminos de perdición. Todo esto me hace recordar la historia de Daniel, quien después de haber sido llevado cautivo a Babilonia, y de ver las costumbres y el modo de vida de aquellas personas, propone en su corazón no contaminarse, sino, por el contrario, guardarse para Dios. Mira lo que dice la Palabra: "Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos" (Daniel 1:8-9 - RVR1960) . ¿Puede el creyente estar sumergido en este sistema y no ser parte de él? T
"Predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).