En Tu Nombre
¿Cuántas veces intentaste hacer algo con tus fuerzas y no lograste absolutamente nada? Tranquilo, sin necesidad de que me respondas, puedo saber la respuesta, porque si lo intentaste sin Cristo Jesús, el resultado no creo que haya sido el mejor. Más bien, creo que hubo decepción, rabia, tristeza, toda una mezcla de sentimientos encontrados. Suele suceder cuando no invitas al Señor Jesús a hacer parte activa de cada área de tu vida, ¿no es así?.
Hoy deseo compartir contigo el principio de invitar al Señor Jesús a tu barca, para ello vayamos a Lucas 5:1-5 - RVR1960:
"Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre Él para oír la Palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red".
Según este pasaje, Pedro, un tremendo pescador de profesión, había intentado junto a sus compañeros pescar algo, pero todo esfuerzo había sido infructuoso. Pasaron todo la noche tirando sus redes y nada sucedió. Y muchas veces le sucede lo mismo al creyente cuando no incluye a Dios en sus planes, pues infructuosamente actúa y nada sucede, lo cual es frustrante.
Luego de haberlo intentado toda la noche, se le acerca a Pedro el Señor Jesús quien en ese momento necesitaba un lugar desde el cual pudiera compartir el evangelio con aquellas personas que necesitaban escuchar la Palabra de Dios y este es el momento clave de esta historia, pues a pesar de haber otras barcas a la orilla, Jesús decide tomar prestada la de Pedro, pero ¿cuántas veces ha intentado el Señor Jesús tomar prestada tu barca? ¿Cuál ha sido tu respuesta?.
Cuando el Señor Jesús termina su sermón, le da a Pedro una palabra tremenda: boga, es decir rema, mar adentro. Al principio él duda y le dice cuán infructuoso había sido todo el proceso, toda la noche sin pescar... Pero luego hay algo en Pedro que hace posible lo imposible y dice: pero en tu nombre echaré la red... ¿En qué nombre haz estado echando tu red?
¿Qué sucede después en esta historia? He aquí la conclusión, Lucas 5:6-7 - RVR1960:
"Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían".
Después de haber remado mar adentro, Pedro halló una bendición sobreabundante, y era tal que sus redes se rompían y sus embarcaciones se hundían a causa de la pesca milagrosa, y tuvieron que llamar a otros para que igualmente fueran bendecidos, ¿ya entiendes por qué es necesario invitar a Jesús en tu barca? Porque es garantía para lograr los imposibles de tu vida.
Dios te bendiga tremendamente en este bello día, espero que este mensaje haya sido de bendición para ti. Sí lo fue, entonces compártelo con alguien, sé tú también un instrumento de bendición.
¿Cuántas veces intentaste hacer algo con tus fuerzas y no lograste absolutamente nada? Tranquilo, sin necesidad de que me respondas, puedo saber la respuesta, porque si lo intentaste sin Cristo Jesús, el resultado no creo que haya sido el mejor. Más bien, creo que hubo decepción, rabia, tristeza, toda una mezcla de sentimientos encontrados. Suele suceder cuando no invitas al Señor Jesús a hacer parte activa de cada área de tu vida, ¿no es así?.
Hoy deseo compartir contigo el principio de invitar al Señor Jesús a tu barca, para ello vayamos a Lucas 5:1-5 - RVR1960:
"Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre Él para oír la Palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red".
Según este pasaje, Pedro, un tremendo pescador de profesión, había intentado junto a sus compañeros pescar algo, pero todo esfuerzo había sido infructuoso. Pasaron todo la noche tirando sus redes y nada sucedió. Y muchas veces le sucede lo mismo al creyente cuando no incluye a Dios en sus planes, pues infructuosamente actúa y nada sucede, lo cual es frustrante.
Luego de haberlo intentado toda la noche, se le acerca a Pedro el Señor Jesús quien en ese momento necesitaba un lugar desde el cual pudiera compartir el evangelio con aquellas personas que necesitaban escuchar la Palabra de Dios y este es el momento clave de esta historia, pues a pesar de haber otras barcas a la orilla, Jesús decide tomar prestada la de Pedro, pero ¿cuántas veces ha intentado el Señor Jesús tomar prestada tu barca? ¿Cuál ha sido tu respuesta?.
Cuando el Señor Jesús termina su sermón, le da a Pedro una palabra tremenda: boga, es decir rema, mar adentro. Al principio él duda y le dice cuán infructuoso había sido todo el proceso, toda la noche sin pescar... Pero luego hay algo en Pedro que hace posible lo imposible y dice: pero en tu nombre echaré la red... ¿En qué nombre haz estado echando tu red?
¿Qué sucede después en esta historia? He aquí la conclusión, Lucas 5:6-7 - RVR1960:
"Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían".
Después de haber remado mar adentro, Pedro halló una bendición sobreabundante, y era tal que sus redes se rompían y sus embarcaciones se hundían a causa de la pesca milagrosa, y tuvieron que llamar a otros para que igualmente fueran bendecidos, ¿ya entiendes por qué es necesario invitar a Jesús en tu barca? Porque es garantía para lograr los imposibles de tu vida.
Dios te bendiga tremendamente en este bello día, espero que este mensaje haya sido de bendición para ti. Sí lo fue, entonces compártelo con alguien, sé tú también un instrumento de bendición.
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