Muchas veces nos preguntamos por qué nos pasan ciertas cosas en la vida, así como: por qué mi mejor amigo, en quien tanto confié, me traicionó; por qué mi novia me fue infiel si me porté tan bien con ella, entre otras. Pero todo radica en lo que hiciste en tu pasado, en otras palabras en lo que sembraste en la vida de otras personas. Para muchos en lo secular esto podría ser llamado karma o ley de la vida. En mi tierra, la gente dice que, todo el que la hace la paga o todo lo que aquí haces, aquí mismo se te cobra. Y, ¿qué dice la Palabra de Dios frente a esto? Veamos:
"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gálatas 6:7 RVR1960). Hay una respuesta a cada cosa que hagamos, sea buena o sea mala. Por lo cual, procuremos al máximo ser hacedores de lo que la Palabra nos enseña, y hay una lección bien importante que quisiera compartirles: no nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos (Gálatas 6:9 RVR1960). Ser hacedor de la Palabra nos obliga a hacer el bien siempre, lo cual se retribuye en solo buenas acciones en tu vida. Empieza desde ya a vencer el mal con el bien y a su debido tiempo segarás cosas maravillosas.
Recuerdo el testimonio de una tía de mi esposa, quien tiene un corazón dador bien tremendo. Ella ha sembrado desinteresadamente grandes sumas de dinero a mucha gente y. ¿sabes qué? A ella el dinero no le hace falta, siempre tiene, y te estarás preguntando ¿a qué se debe, verdad? Pues a la ley de la siembra y la cosecha. Igualmente, he conocido gente que ha sembrado discordia entre otras personas y al cabo de un tiempo terminaron recogiendo eso mismo. Este pasaje bíblico nos ayuda a reflexionar respecto a qué tipo de cosas estamos sembrando en nuestros amigos, en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo y, lo más importante, en nuestras familias. Si hoy tú desprecias a tus padres, tus hijos te despreciarán mañana. Si no honraste a tus padres en vida, hay pocas probabilidades que tus hijos lo hagan contigo, pues Dios no puede ser burlado, es la ley de la siembre y la cosecha. Todas esas cosas malas pueden cambiar si tú decides cambiar, igualmente, aquello que siembras en las demás personas. ¿Qué tal si desde hoy siembras amor, lealtad, compromiso, compasión, etc? ¿Qué estás sembrando?
Espero que este devocional haya hablado tremendamente a tu vida en este bello día. Dios te bendiga y te guarde siempre. No olvides ser de bendición para otras personas, comparte hoy.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
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