En la naturaleza del ser humano está el culpar siempre a los demás por los fracasos que tenga en la vida. Y la verdad es muy fácil echarle la culpa a alguien más de nuestras propias acciones. No obstante, se puede comprobar bíblicamente este tipo de conducta nada tiene que ver con Dios. Génesis 3, habla acerca de la caída del primer hombre. Cuando Jehová Dios le pregunta a Adán si había comido del árbol que Él le había mandado no comer, su respuesta fue la siguiente: "la mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí" (Génesis 3:12 RVR1960). Mi pregunta es ¿quién obligó a Adán a comer de este árbol? Por ninguna parte la Palabra nos enseña que Eva lo obligó o que lo coaccionó para hacerlo. Fue Adán quien decidió hacerlo. En su propia voluntad, él decide probar y comer del fruto prohibido. ¿Sabes qué nos enseña la Palabra respecto a esto? "cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después
"Predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).