A veces suele ser un tanto difícil conocer cuál es el objetivo, el propósito o la razón por la que, en el Señor, fuimos escogidos, apartados y llamados. Muchos creyentes están en las iglesias, pero infortunadamente no saben por qué están allí. Y pasa el tiempo y empiezan a frustrarse porque desconocen su propósito en el Señor. Hoy puedo asegurarte, con plena seguridad que, todo creyente está llamado a servir y a predicar el evangelio de la salvación a otros. Es decir, así como un día alguien te habló de Cristo, así mismo debes hacer: sembrar la Palabra en otras personas sin importar si la semilla produce fruto inmediatamente o no, sin importar si esa persona termina congregándose en tu iglesia local o no, esa es la Gran Comisión (Mateo 28:19-20 RVR1960).
El Señor Jesús la tenía clara, sabía lo que debía hacer. En Mateo 15, la Palabra nos habla acerca de la mujer cananea o sirofenicia. Esta mujer no era israelita, era gentil, quiere decir que no era del pueblo escogido, pero llega donde estaba el Maestro a pedir que su hija sea liberada de un demonio que le atormentaba. Y el Señor Jesús le responde estas palabras: “no soy enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel” (Mateo 15:24 RVR1960). ¿A qué fue enviado el Señor Jesús? La respuesta es fácil, a las ovejas perdidas. En otras palabras y como Él también lo expresó antes, “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (Mateo 9:12 RVR1960). El Evangelio es para aquellas personas que reconocen que, en su condición, necesitan que Dios traiga orden y paz a sus vidas. Tú has sido escogido y enviado a llevar el evangelio a las ovejas perdidas, porque hay ovejas que aún creen que sin Dios están bien. El objetivo final del Evangelio no es más que reconciliar a la humanidad con su Creador.
Si hasta hoy sientes que no sabías qué estabas haciendo en la iglesia y te sentías frustrado por conocer tu propósito, entonces necesitabas leer esta reflexión. Tu vida como creyente no tendrá sentido si no le cuentas a otros acerca del Evangelio de salvación. Tu vida cobrará sentido cuando empieces a cumplir la Gran Comisión, “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15 RVR1960), así todo empieza a tener sentido en tu vida. Aunque el Evangelio de esperanza en su momento era para el pueblo de Israel, Dios en Su infinita gracia lo hizo extensivo y, por ello, el Señor Jesús no se rehusó a conceder el milagro de la mujer cananea. Tú has sido enviado, ese es tu propósito, cúmplelo. Espero que esta reflexión haya llegado a tu vida en el momento apropiado. No olvides ser de bendición, comparte.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
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