Migue es un estudiante universitario que pensaba que la
rumba, las chicas y el pasarla bien con sus amigos del barrio era todo en su
vida. Vivía una vida singular: de la casa a la universidad, de rumba en rumba
celebrando con sus amigos “ocasiones especiales.”
Sin saberlo, Migue no se daba cuenta que a su vida le hacía
falta algo muy importante. Desde hacía un tiempo, empezó a inquietarse porque
su vida no tenía sentido, no hallaba un propósito, ya sabía que sólo vivía por
vivir. Estaba enfrascado en el día a día y se estaba fastidiando pues deseaba
que su vida tomara un rumbo diferente, pero esta vez deseaba que su vida
tuviera un propósito.
Un día alguien le habló de Jesús y, a partir de ese momento,
Migue se inquietó por las cosas que hizo Jesús, así que ahora se la pasaba en
los motores de búsqueda investigando sobre Él, sobre La Palabra y unas
enseñanzas que se pueden conseguir fácilmente en la red. Pero Migue ya contaba
con algo importante en su corazón: quería conocer a Jesús.
Así como Migue hay muchas personas en estos momentos. Pero no pienses que estos casos se ven solamente en la actualidad, no. Ha habido varios Migues a través de la historia y uno de esos casos está registrado en el libro de Lucas 19: 1-10:
1 Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. 2 Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. 3 Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. 4 Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. 5 Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». 6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. 7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». 8 Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, ahora mismo voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más». 9 Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, 10 porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
El libro de Lucas nos habla de Zaqueo, un cobrador de impuestos, un publicano muy rico, quien en su corazón quería y sentía la necesidad de conocer a Jesús. La Palabra dice que era de baja estatura y, que en medio de la multitud, hizo lo imposible (subirse a un árbol) para conocer a Jesús. Qué sorpresa tan tremenda se lleva Zaqueo cuando Jesús le identifica entre la multitud y le dice que baje de ahí porque hoy Él iba a alojarse en su casa, ¿no es esto hermoso?
Dios conoce tu corazón, Él sabe de tus deseos y de tus necesidades, así que Él conoce ese deseo que hay en tu corazón por conocerle. Si tú eres ese "Migue", ¿no crees que vale la pena darte la oportunidad de conocer a Cristo?
Así como Migue hay muchas personas en estos momentos. Pero no pienses que estos casos se ven solamente en la actualidad, no. Ha habido varios Migues a través de la historia y uno de esos casos está registrado en el libro de Lucas 19: 1-10:
1 Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. 2 Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. 3 Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. 4 Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. 5 Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». 6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. 7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». 8 Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, ahora mismo voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más». 9 Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, 10 porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
El libro de Lucas nos habla de Zaqueo, un cobrador de impuestos, un publicano muy rico, quien en su corazón quería y sentía la necesidad de conocer a Jesús. La Palabra dice que era de baja estatura y, que en medio de la multitud, hizo lo imposible (subirse a un árbol) para conocer a Jesús. Qué sorpresa tan tremenda se lleva Zaqueo cuando Jesús le identifica entre la multitud y le dice que baje de ahí porque hoy Él iba a alojarse en su casa, ¿no es esto hermoso?
Dios conoce tu corazón, Él sabe de tus deseos y de tus necesidades, así que Él conoce ese deseo que hay en tu corazón por conocerle. Si tú eres ese "Migue", ¿no crees que vale la pena darte la oportunidad de conocer a Cristo?
Jesús quiere hacer contigo cosas nuevas, así como las hizo
con Zaqueo y con muchos otros Migues. La
vida en el Señor Jesús es una vida llena de paz y vale la pena vivirla por Él,
así como Él la vivió por ti hace ya más de dos mil años.
¿Qué tan dispuesto estás a subirte en un árbol para que Jesús note tu presencia? No importa qué tan pequeño te sientas o te veas hoy, los deseos de tu corazón los conoce el Señor Jesús, ¿quieres tú conocerle?
Bajo la unción del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
email: sameza@gmail.com
Móvil: 3012698958Cartagena, Colombia
Créditos imagen
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/fotos/zaqueo.jpg
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