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Esperanza


La muerte es quizá de esas cosas que ningún ser humano quisiera tener que experimentar. Todos, sin excepción, quisiéramos que nuestros seres queridos vivieran para siempre, ¿no es así? Ayer mi familia experimentó el dolor que produce la muerte de un ser querido con la partida de una tía a quien amamos profundamente, la hermana menor de mi madre. Y mientras pensábamos cómo decirle a mi mamá que su hermana había partido, el Señor me reconfortaba con la Palabra y me llevó a este pasaje: "tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él" (1 Tesalonicenses 4:13-14 RVR1960).

De este pasaje escrito por el Apóstol Pablo a la iglesia de Tesalónica podemos aprender dos cosas muy importantes: aquellas personas que no tienen esperanza después de la muerte y los que sí la tenemos. Lo segundo me reconfortó y me dio fuerzas para hablar con mi madre y decirle que tenemos la fiel convicción que después de la muerte nos volveremos a encontrar con todos los que, en el Señor, murieron antes. Y esa es la esperanza que tenemos, que sabemos que hay vida después de la muerte y que la muerte solo es el principio de una eternidad al lado de nuestro Padre Celestial. El Señor Jesús nos da esperanzas al afirmar lo siguiente, "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente" (Juan 11:25-26 RVR1960). Esta es la convicción que tenemos en medio del dolor que produce la pérdida de un ser querido, en Cristo Jesús, creyendo, todos viviremos. Aunque la muerte nos produzca tristezas, la esperanza de vida después de la muerte nos da una paz que sobrepasa el entendimiento del ser humano.

¿Sabes algo? Hay esperanzas para todos, lo único que debemos hacer es creer, la clave está en el Señor Jesús. Mira lo que la Palabra nos enseña: "todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" (Juan 11:26 RVR1960). Yo así lo creo, ¿y tú lo crees? El Apóstol Pablo tenía algo muy claro, entre más pronto llegara su día, más rápido estaría al lado de aquel que lo llamó y escogió desde antes de la creación y lo escribe así, "porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia" (Filipenses 1:21 RVA2015). Mientras estemos en esta tierra debemos procurar vivir para aquel que se nos rescató y se entregó por todos nosotros, pero hemos de saber igualmente que todos partiremos algún día a la presencia de nuestro Señor, pero con la certeza que la muerte ha sido vencida en la cruz para siempre y ya no podrá reinar sobre nosotros. Espero que este mensaje haya llegado en el momento indicado a tu vida. Sé de bendición, no olvides compartir.

Bajo la guía del Espíritu Santo,

Sergio Meza Padilla.

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