En muchas ocasiones de nuestra vida, hemos sentido el llamado de Dios, sobre todo cuando nos quiere llevar de un lugar a otro o de un estado a otro mejor, ¿cierto? Sentimos en nuestro corazón que es de parte de Dios ir de un lugar a otro, sin embargo nos da temor. Y cuando vamos de un lado a otro se nos olvida que es el Señor quien nos dice pasemos al otro lado, es decir que está más que garantizado que Él estará con nosotros todo el tiempo, a través de la prueba por muy larga que esta sea, Él siempre estará ahí, porque desde el principio decidió que así sería. Mira lo que dice Lucas 8:22-25 (RVR1960): "aconteció un día que entró en una barca con sus discípulos y les dijo: pasemos al otro lado. Y partieron. Pero mientras navegaban, Él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago, y se anegaban y peligraban. Y vinieron a Él y le despertaron diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando Él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe?
En esta porción de la Palabra, hay una gran verdad oculta: un cierto día, viniendo del trabajo, sintonicé la emisora y escuchaba a un pastor muy famoso de mi ciudad diciendo: así como es la prueba lo es también la bendición y el Señor me llevó a este pasaje, ¿sabes por qu? Porque muchas veces olvidamos que después de cada prueba que el Señor nos pone viene un nivel espiritual distinto para tu vida. A muchos creyentes no les gustan las pruebas, pareciera que están estancados en el mismo sitio, ignorando que, cuando Dios manda la prueba, también nos da la salida y la victoria. No obstante, debemos comprender que después de esa prueba Dios nos va a llevar a un nivel postrer mayor, por eso Él no nos abandonará en medio de la prueba, por el contrario, aún en medio de la tempestad y aunque parezca que no está junto a ti, nunca se apartará de tu lado.
Cuando Dios decide que pases al otro lado es porque espiritualmente te va a equipar para recibir lo que declaró para ti, aún así, existe la tendencia a no creerle, pero sí le creemos a las circunstancias y nos dejamos llevar por las pruebas y llegamos a pensar que nuestra prueba es mayor y más poderosa que nuestro Padre celestial. Cuando esto sucede es porque nuestra fe ha mermado y la Palabra también nos enseña que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6 RVR1960). La fe es aquello que nos impulsa a creer en Dios, aún cuando las circunstancias y lo natural nos digan lo contrario.
Hoy es tiempo de entender cuáles son los planes que Dios tiene para ti. Es tiempo de reactivar esa fe que habías perdido por causa de la tempestad. Jamás dudes que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12: 2 RVR1960), sólo Él sabe si estás listo para pasar al otro lado. Deja de cuestionar si estás o no preparado, Dios ha visto algo en ti que nadie más ha podido ver, empieza a creer y a confiar en Él. Invítale a tu barca porque de seguro pasarás al otro lado, aún en medio de la prueba o de la tempestad más grande. Espero que esta píldora haya llegado en el momento adecuado. No olvides compartir y ser de bendición para otros. Feliz y bendecido inicio de semana.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
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