La Gran Comisión
Para muchos creyentes es muy fácil ir domingo a domingo a la iglesia y no comprometerse con las cosas del Señor, porque se sienten cómodos de esa forma, recibiendo palabra domingo a domingo. En ellos no hay ni gota de compromiso. Y pasan muchos años, cinco, ocho, quizá diez años estando en la misma condición, durante todo ese tiempo solo han hecho una cosa: calentar una silla de la iglesia. Por lo general, este tipo de personas nunca suelen compartir su fe con otros, y es como si atesoraran algo solo para ellos mismos. Pero el cristianismo no solo consiste en congregarse y recibir Palabra de Dios, sino también en llevar fruto, mucho fruto (Juan 15:8), tal cual nos enseña la Biblia. ¿Recuerdas lo que le pasó a la higuera? (Mateo 21:19). El Señor Jesús vino a ella esperando encontrar fruto, pero solo vio un árbol con hojas, cero frutos, y fue maldita hasta el día de hoy.
No solamente basta con congregarse, hay otras cosas más que debemos hacer, dentro de las cuales tenemos: orar (1 Tesalonicenses 5:17), leer la Biblia (Josué 1:8), y la Gran Comisión (Mateo 28:19). Hoy quisiera detenerme en este punto, La Gran Comisión. Si han pasado diez años y has estado sentado en esa silla de la iglesia sin hacer y sin hablarle a nadie de Cristo, entonces has perdido diez años de tu vida, porque no le has predicado a nadie de un Cristo que salva, no le predicaste a nadie de un Cristo que murió en la cruz por amor al mundo, tampoco has predicado a nadie de un Cristo redentor. Ser un cristiano o creyente, o como quieras llamarle, no consiste en ser salvo solo para ir a la iglesia y recibir Palabra, consiste, igualmente, en servir a otros, y en servirle al Señor con los talentos que nos ha dado.
¿Cómo estás haciendo La Gran Comisión? Primeramente, debes formarte. Indaga en tu iglesia local por los diferentes cursos y escuelas de formación que allí se ofrecen. No olvides que será imposible que puedas discipular a otros cuando ni tú mismo lo has hecho, ¿de qué les vas a hablar? La Biblia nos enseña en 2 de Timoteo 3:16 que, “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. El libro número uno que necesitas para conocer acerca de Dios y su plan para el hombre es la Biblia, dice la Palabra que ella es útil para enseñar, he ahí un buen punto de partida. ¿Será posible discipular a otros si yo no meditara en la Palabra de día y de noche? Creo que ya conoces la respuesta, ¿verdad? Como puedes ver, es muy importante que empieces a formarte, para que luego tú también lleves frutos y puedas discipular a otros. Fuiste llamado para servir, no para estar sentado en una silla todo el tiempo.
Por último, si nunca has hablado acerca de Jesús, es tiempo para empezar. Este es otro aspecto de La Gran Comisión, pues es este es el que habla de hacer discípulos. Pero como Dios es un dios de orden, primero me discípulo y me formo para después ganar gente para Cristo y discipularlos para que también puedan, después, formarse y discipular a otros. ¿Ves? No es tan difícil cumplir con las cosas que el Señor quiere que hagamos para Él, solo basta tomar la decisión y empezara a hacerlo.
Dios te bendiga sobreabundantemente en este bello día. No olvides ser de bendición, comparte este mensaje hoy a otra persona más, así empiezas a llevar a cabo La Gran Comisión. Hoy es un buen día para empezar.
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