Dones Irrevocables No entiendo por qué, algunas veces, es más fácil creerle al enemigo que a Dios, ¿no es así?. El enemigo crea estrategias para derrotarte e impedir el propósito de Dios en tu vida, lo más triste es que le creemos y, lo peor de todo esto, es que nos "comemos el cuento" y nos desanimamos hasta tal punto que enfriamos nuestro espíritu y, por ende, nuestra comunión con Dios se debilita y empezamos a abrir puertas que ya habían sido cerradas. Y esa es la coyuntura que el diablo aprovecha para destruir tu vida, pues él vino fue a hurtar, a matar y a destruir (Juan 10:10) . Cuando nos encontramos en medio de esta clase de situación es cuando llegamos a pensar que no somos merecedores de lo que Dios nos ha entregado, llámese ministerio, dones o bendiciones. Y esta es otra de las artimañas del enemigo, él llega tan bajo porque es ahí donde quiere verte. Es en medio de esa situación que pensamos que los dones que hemos recibido de parte de Dios ya no los podemos
"Predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).