Firmes y constantes
Cualquier cosa que queramos emprender en esta vida necesita de un elemento esencial: la constancia o perseverancia, y no es exactamente la salsa de tomate que se promociona en televisión. Así que veamos qué cosas el Espíritu Santo nos enseña en este día:
1. Lo primero que debemos aprender de este devocional es que DEBEMOS ESTAR FIRMES, lo cual es estar alerta, o estar en esa búsqueda constante de Dios, orando en todo tiempo. No olvides que el enemigo sabe cuándo no estás firme y es en ese instante que viene y delicadamente empieza a trabajar en tu vida. Nunca te atacará con todo, pues sabe que te darías cuenta, la Palabra dice que él es astuto (Génesis 3:1). Si estás firme en todo tiempo, entonces lograrás resistir la tentación (1 Corintios 10:13). Cuando cedes ante la tentación, es entonces cuando sabes que tu vida espiritual está mermando y en esto no hay nada malo, pues debes aprender de esa situación que es hora de volver a estar firme y a buscar más de la presencia de Dios. Lo malo sería que te acostumbraras a esa zona de comodidad en la cual el enemigo quiere verte, ¿no es así?
2. La clave para estar firmes es la constancia. Hay muchos ejemplos de hombres que fueron constantes y siempre fueron fieles a Dios: José, hijo de Jacob, Abraham, Job, el mismo Jesús, y si lees la Biblia te darás cuenta que hay muchos casos más que ilustran el ser constantes. Pero, ¿qué es la constancia? El Diccionario de la Real Academia la define así: firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos. Ser constantes significa perseverar en el propósito, ¿cuál es ese propósito que Dios tiene para ti? Persevera y lo alcanzarás, no te desanimes, pues el arma más fuerte que el enemigo tiene contra ti se llama desánimo, no le comas cuento al diablo, él ya está derrotado, él ya fue vencido en la cruz.
3. El último punto que deseo compartir contigo hoy es el del crecimiento. Cuando me refiero al crecimiento, no estoy haciendo referencia a crecer físicamente, pues si ya eres mayor de 23 años no creo que puedas seguir creciendo al menos que sufras de alguna condición que así lo permita. En este punto me refiero al crecimiento espiritual. Y este punto sí que es álgido, pues muchos no logran crecer espiritualmente por diversas y diferentes circunstancias. Entonces, ¿cómo hago para crecer espiritualmente? Lo primero que debes empezar a hacer es orar mucho a Dios, lo segundo es leer la Palabra, por lo menos dos veces al día, una vez en la mañana y otra por la noche antes de dormir y volver a orar. También puedes empezar los cursos de discipulado y de formación de líderes que hay en tu iglesia, pregunta por ellos, de verdad que aprenderás mucho.
Dios quiere verte firme y que seas constante en el evangelio. Su deseo no es que te retires de la carrera sin terminarla, NO. Su deseo es que la termines estando firme. Es tiempo de levantarse y continuar la carrera, Dios tiene preparado algo especial para ti.
Cuando comencé, hace años ya, mi "birria" por las pesas, todos mis amigos de la cuadra estaban en lo mismo que yo, e improvisadamente, armamos un gimnasio en un plafón del patio de mi casa. Y todos los días en la mañana estábamos allí, listos para realizar nuestra rutina de ejercicios. Así duramos varios días, y los días se hicieron meses, pero no se hicieron años. ¿Saben por qué? Porque no fuimos constantes. Y vi a muchos partir, no tenían ganas de continuar y se retiraban sin razón.
Quise ilustrar el devocional del día de hoy con esta historia, porque la comparación es muy parecida con el cristianismo. Para ello, quiero compartir con ustedes el siguiente verso:
"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" (1 Corintios 15: 58).
"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" (1 Corintios 15: 58).
Cualquier cosa que queramos emprender en esta vida necesita de un elemento esencial: la constancia o perseverancia, y no es exactamente la salsa de tomate que se promociona en televisión. Así que veamos qué cosas el Espíritu Santo nos enseña en este día:
1. Lo primero que debemos aprender de este devocional es que DEBEMOS ESTAR FIRMES, lo cual es estar alerta, o estar en esa búsqueda constante de Dios, orando en todo tiempo. No olvides que el enemigo sabe cuándo no estás firme y es en ese instante que viene y delicadamente empieza a trabajar en tu vida. Nunca te atacará con todo, pues sabe que te darías cuenta, la Palabra dice que él es astuto (Génesis 3:1). Si estás firme en todo tiempo, entonces lograrás resistir la tentación (1 Corintios 10:13). Cuando cedes ante la tentación, es entonces cuando sabes que tu vida espiritual está mermando y en esto no hay nada malo, pues debes aprender de esa situación que es hora de volver a estar firme y a buscar más de la presencia de Dios. Lo malo sería que te acostumbraras a esa zona de comodidad en la cual el enemigo quiere verte, ¿no es así?
2. La clave para estar firmes es la constancia. Hay muchos ejemplos de hombres que fueron constantes y siempre fueron fieles a Dios: José, hijo de Jacob, Abraham, Job, el mismo Jesús, y si lees la Biblia te darás cuenta que hay muchos casos más que ilustran el ser constantes. Pero, ¿qué es la constancia? El Diccionario de la Real Academia la define así: firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos. Ser constantes significa perseverar en el propósito, ¿cuál es ese propósito que Dios tiene para ti? Persevera y lo alcanzarás, no te desanimes, pues el arma más fuerte que el enemigo tiene contra ti se llama desánimo, no le comas cuento al diablo, él ya está derrotado, él ya fue vencido en la cruz.
3. El último punto que deseo compartir contigo hoy es el del crecimiento. Cuando me refiero al crecimiento, no estoy haciendo referencia a crecer físicamente, pues si ya eres mayor de 23 años no creo que puedas seguir creciendo al menos que sufras de alguna condición que así lo permita. En este punto me refiero al crecimiento espiritual. Y este punto sí que es álgido, pues muchos no logran crecer espiritualmente por diversas y diferentes circunstancias. Entonces, ¿cómo hago para crecer espiritualmente? Lo primero que debes empezar a hacer es orar mucho a Dios, lo segundo es leer la Palabra, por lo menos dos veces al día, una vez en la mañana y otra por la noche antes de dormir y volver a orar. También puedes empezar los cursos de discipulado y de formación de líderes que hay en tu iglesia, pregunta por ellos, de verdad que aprenderás mucho.
Dios quiere verte firme y que seas constante en el evangelio. Su deseo no es que te retires de la carrera sin terminarla, NO. Su deseo es que la termines estando firme. Es tiempo de levantarse y continuar la carrera, Dios tiene preparado algo especial para ti.
Bendiciones hasta que sobreabunden en tu vida hoy y siempre. No olvides compartir este mensaje con alguien más, sé de bendición.
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