No se cansen de hacer el bien
Si analizaras tan sólo por un instante un día de tu vida, podrías darte cuenta que en muchas ocasiones tendiste a hacer lo malo.
¿Qué resulta ser más fácil hacer el bien, o el mal?
Dice la Palabra de Dios que, "el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud" (Génesis 8: 21). Esto se debe a la naturaleza pecaminosa del hombre, la cual tiende a que haga lo malo y no lo bueno. Por ello, muchas veces hemos somos vencidos de lo malo (Romanos 12: 21), y terminamos haciendo todo lo contrario a lo que nos demanda el Señor a través de Su Palabra.
Por eso es que para el hombre resulta más fácil (1) mentir que decir la verdad; (2) odiar que perdonar; (3) ser adultero que ser fiel; (4) vengarse que esperar la justicia de Dios; y (5) desobedecer que obedecer.
Pero, ¿qué dice la Palabra de Dios al respecto?
"Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien" (2 Tesalonicenses 3:13).
Hacer el bien implica hacer lo que a Dios le agrada. Y aquí hay un principio bien importante: la obediencia. Dice la Palabra en Deuteronomio 30:8-10, "Y tú volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley".
Cuando hago lo que Dios me dice, soy obediente. Cuando soy obediente, soy bendecido. La obediencia a la voz de Dios trae muchísimas bendiciones a la vida del creyente, mientras que la desobediencia trae muchas maldiciones para el creyente y toda su generación.
Déjame hacerte otra pregunta: ¿puede ir el hombre en contra de lo que le dicta su naturaleza pecaminosa? Absolutamente sí.
Cuando el hombre empieza a leer la Palabra de Dios y la usa para instruirse en justicia, entonces será "enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3: 16-17) y sólo así podrá ir en contra de lo que le dictaba su naturaleza pecaminosa para hacer el bien, y lo que Dios demanda de él. Y eso es justamente lo que la Palabra de Dios te dice hoy: NO NOS CANSEMOS DE HACER EL BIEN. Si pusieras este principio por obra y como un estilo de vida, verás que a su tiempo, segarás cosas maravillosas para ti.
No obstante, vendrán momentos en los cuales seremos probados, porque es necesario que aún en la situación más adversa puedas vencer el mal con el bien y no ser vencido de lo malo (Romanos 12: 21). Es por ello que siempre debemos estar preparados para el día malo (Efesios 6:13).
Dios te bendiga sobreabundantemente. LIKE si te ha gustado el mensaje de hoy. SHARE para compartirlo con otros y ser de bendición.
Si analizaras tan sólo por un instante un día de tu vida, podrías darte cuenta que en muchas ocasiones tendiste a hacer lo malo.
¿Qué resulta ser más fácil hacer el bien, o el mal?
Dice la Palabra de Dios que, "el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud" (Génesis 8: 21). Esto se debe a la naturaleza pecaminosa del hombre, la cual tiende a que haga lo malo y no lo bueno. Por ello, muchas veces hemos somos vencidos de lo malo (Romanos 12: 21), y terminamos haciendo todo lo contrario a lo que nos demanda el Señor a través de Su Palabra.
Por eso es que para el hombre resulta más fácil (1) mentir que decir la verdad; (2) odiar que perdonar; (3) ser adultero que ser fiel; (4) vengarse que esperar la justicia de Dios; y (5) desobedecer que obedecer.
Pero, ¿qué dice la Palabra de Dios al respecto?
"Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien" (2 Tesalonicenses 3:13).
Hacer el bien implica hacer lo que a Dios le agrada. Y aquí hay un principio bien importante: la obediencia. Dice la Palabra en Deuteronomio 30:8-10, "Y tú volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley".
Cuando hago lo que Dios me dice, soy obediente. Cuando soy obediente, soy bendecido. La obediencia a la voz de Dios trae muchísimas bendiciones a la vida del creyente, mientras que la desobediencia trae muchas maldiciones para el creyente y toda su generación.
Déjame hacerte otra pregunta: ¿puede ir el hombre en contra de lo que le dicta su naturaleza pecaminosa? Absolutamente sí.
Cuando el hombre empieza a leer la Palabra de Dios y la usa para instruirse en justicia, entonces será "enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3: 16-17) y sólo así podrá ir en contra de lo que le dictaba su naturaleza pecaminosa para hacer el bien, y lo que Dios demanda de él. Y eso es justamente lo que la Palabra de Dios te dice hoy: NO NOS CANSEMOS DE HACER EL BIEN. Si pusieras este principio por obra y como un estilo de vida, verás que a su tiempo, segarás cosas maravillosas para ti.
No obstante, vendrán momentos en los cuales seremos probados, porque es necesario que aún en la situación más adversa puedas vencer el mal con el bien y no ser vencido de lo malo (Romanos 12: 21). Es por ello que siempre debemos estar preparados para el día malo (Efesios 6:13).
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