Es triste ver cómo en la iglesia de hoy, muchas personas se encuentran en una condición de parálisis espiritual, gente con años en el evangelio sin frutos, discipulos y con una vida carente de servicio a Dios. Este tipo de personas sienten una profunda tristeza y una gran frustración, porque sienten que sus vidas están estancadas, pero ¿qué les llevó, en primer lugar, a estar en esa condición? Hay armas que debemos usar constantemente, porque si las dejamos de usar afectarán nuestra vida espiritual negativamente.
En el evangelio de Lucas 5:5-7 (RVR1960), nos enseña la Palabra del Señor que "había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo". La condición del paralítico de Betesda da mucha tristeza, ya que llevaba 38 años esperando que algo extraordinario sucediera con su vida, él esperaba que alguien lo empujara a recibir su milagro. Se acostumbró a esperar a que otros hicieran lo imposible por él, no obstante, nunca pensó que podía hacer algo por sí mismo. Y como él, hay personas que esperan que los pastores oren por ellos, que sus líderes le visiten, que la congregación haga algo sobrenatural por ellos en medio de sus necesidades y dificultades, pero les hago una pregunta sencilla, y tú ¿qué estás haciendo por ti? ¿Estás usando las armas espirituales en estos momentos de adversidad? Recientemente, escuchaba al Pastor Juan Carlos Harrigan con una enseñanza poderosa (La Necesidad de Orar) y aprendí ese día que cuando no oramos, Dios crea una necesidad (siatuación adversa) para que en ti haya una necesidad de orar y de buscarle. El profeta Isaías nos advierte en la Palabra, "buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano" (Isaías 55:6 RVR1960).
No permitas que tu condición cause lástima entre la gente, evita decir las palabras del paralítico de Betesda: no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua. Cambia las circunstancias haciendo lo posible y déjale a Dios lo imposible, nunca olvides lo que la Palabra nos enseña, "al que cree, todo le es posible" (Marcos 9:23 RVR1960). Empieza a creer que puedes vencer la adversidad, que eres más que vencedor, que tienes un Dios de imposibles, que puedes cambiar las circunstancias, basta ya de ver cómo otros son bendecidos. Pelea por tu bendición, es hora de bajar tu mismo al estanque y pelear por lo que Dios ya decretó para tu vida.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
Comentarios
Publicar un comentario