¿A cuántos de nosotros nos gusta recibir? A todos, ¿no es así? Y es que se siente bien cuando recibimos que quisiéramos cumplir años todos los días para que nos den algo. Pero, ¿a cuántos de nosotros nos gusta dar? Esa es una mejor pregunta, ya que por naturaleza, al ser humano le cuesta dar. ¿Recuerdan al joven rico que quería obtener la vida eterna? A él le fue muy difícil despojarse de lo suyo para darlo a alguien más, pero qué nos enseña la Palabra de Dios a la luz de este tema tan difícil:
"En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: mas bienaventurado es dar que recibir" (Hechos 20:35 RVR1960).
El primer aspecto que me llama la atención es AYUDAR A LOS NECESITADOS. Quiere decir que, siempre habrá personas que necesiten de tu ayuda y es fácil identificarlas: alguien que necesita oración se te acerca y te cuenta un problema; estás comiendo un pan y un mendigo se te acerca y te pide algo de comer; estás en el colegio o la universidad y alguien se te acerca buscando un buen consejo... En fin, Dios siempre pondrá estas circunstancias para que puedas tener la dicha de dar. Y no necesariamente algo material, pues cuando el Apóstol Pedro iba camino al templo, lo vio un cojo que esperaba recibir dinero de su parte y, ¿qué le contestó?: "no tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret" (Hechos 3:6 RVR1960). En ocasiones, la gente no busca lo material que pueda llenar sus vidas, buscan algo o alguien que pueda llenar sus vacíos y ese es Jesús. Hay mucho que ha sido depositado en ti y necesita ser dado a alguien más. Quizá tu caso es como el de Pedro, no tienes nada material, pero en lo espiritual tienes mucho.
A veces, deseamos recibir, pero ¿cuán dispuestos estamos a dar a cambio de nada? Porque nuestra naturaleza nos lleva a creer que si damos hoy, mañana debemos esperar algo a cambio, ¿no es así? Pero ese no es el ejemplo que nuestro Señor nos dio, Su ejemplo va más allá, "nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13 RVR1960). Muchas veces en el evangelio damos nuestras vidas, tiempo y el todo por la obra y no porque esperamos recibir algo a cambio, sino porque sabemos que hacer la voluntad del padre tiene mayor satisfacción que nada en este mundo. No hay nada malo en recibir, no quiero ser malinterpretado, pero habrá siempre mejor dicha en dar.
Espero que esta corta reflexión haya llegado a tu vida en un buen momento, si deseas ser de bendición para alguien más comparte este mensaje. Feliz y bendecido día para ti y los tuyos.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
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