En estos días recibí un mensaje de whatsapp con las características propias de una cadena. Este decía que alrededor de 200 misioneros cristianos iban a ser asesinados y que alrededor de 20 iglesias iban a ser incendiadas en la India, el pedido del mensaje era claro: cadena de oración por esos obreros. Y es que eso es lo que la Biblia nos enseñan como hijos de Dios, ¿no es así? "orad unos por otros" (Santiago 5:16 RVR1960). Pero al leer el mensaje, recordé un pasaje de las Escrituras que me hizo reflexionar sobre estas y otras cosas más. Dice la Palabra en Hechos 9:16 RVR1960, "porque Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por Mi nombre".
El padecimiento y la persecución, entre otras, son y siempre serán una constante en la vida de aquel que ha creído en el Señor Jesús y es Su discípulo. De no haber sido por la persecución que experimentaron el Apóstol Pedro y los demás discípulos, la iglesia primitiva quizá no se hubiera propagado de la manera cómo lo hizo, tampoco su crecimiento no hubiera sido así. Y es que en medio de las circunstancias adversas, también el Señor tiene el control y ¿sabes por qué? Porque "sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28 RVR1960). La persecución de la iglesia primitiva hizo entender a los discípulos que la persecución formaba su carácter y era casi imposible que no sufrieran por causa de Aquel que les llamó con propósito. Todo el que acepta al Señor Jesucristo en su corazón como su único y suficiente salvador debe entender que tendrá aflicción y que las cosas no van a ser fáciles, pero vale más una vida con Él que toda una vida sin Él, ¿amén?.
Sin importar qué tan adversa sea la circunstancia que estés atravesando hoy, otros más están padeciendo en el mundo por Su nombre, así lo afirma el Apóstol Pedro, "las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo" (1 Pedro 5:9 LBLA). No obstante, en esos momentos de desesperanza e incertidumbre, debemos recordar que el Señor prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20 RVR1960). Amado(a) que lees esta reflexión hoy, es necesario padecer por causa de Su nombre, Dios nunca ha perdido el control y no es ajeno a tu padecimiento. Espero que esta reflexión haya llegado en un buen momento a tu vida. Si ha sido de bendición, te invito y reto a compartirla con alguien más. Feliz y bendecido inicio de semana y declaro que eres más que vencedor en Cristo Jesús.
Bajo la guía del Espíritu Santo de Dios,
Sergio Meza Padilla.
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