Para el hombre natural es imposible discernir las cosas del Espíritu porque para él son locura nos enseña la Palabra, ¿cierto? Y en el cristianismo hay un sinnúmero de cosas que solo pueden ser discernidas de esta manera. ¿Sabes qué significa ser cristiano? Uno de Cristo o una nueva criatura en Cristo y esto es lo que el hombre natural no entenderá y se preguntará, al igual que Nicodemo, ¿cómo es posible que ya un hombre “hecho y derecho” pueda convertirse en una nueva criatura? Pues sí es posible, porque al recibir a Cristo como nuestro Señor y suficiente salvador, somos completamente regenerados. Dicen las Escrituras en 2 Corintios 5:17 (RVR1960), “de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Hay dos aspectos que podemos aprender de esta porción de la Biblia en el día de hoy. El primero de ellos tiene que ver con ser una nueva criatura, es decir un nuevo hombre. Durante el bautismo, el creyente es sumergido en agua completamente y esto tiene un gran significado en el mundo espiritual, pues al sumegirse, deja enterrado al viejo hombre o la vieja naturaleza, pues la Palabra me enseña que las cosas viejas pasaron (2 Corintios 5:17 RVR1960) y el hombre que se levanta es uno completamente nuevo. Algo así es lo que el Apóstol Pablo nos dice en Gálatas 2:20 RVR1960, “con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios”. Crucificado quiere decir que llevo a la cruz al viejo hombre todos los días, que estoy muerto al pecado, más todo lo que vivo ahora lo vivo en Cristo Jesús.
El segundo aspecto tiene que ver con las todas las cosas que Dios hace en la vida de la nueva criatura, la Palabra las reconoce como hechas nuevas. Y todas esas cosas nuevas no son más que los planes, propósitos y sueños que Dios ya tenía preparados para cada uno de nosotros, así como lo dice Jeremías 29:11 DHH, “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza”. Cuando la nueva critura se somete al señorío de Cristo, también se somete a Su voluntad y esta tiene planes solo de bienestar. Ahora bien, te preguntarás, ¿por qué entonces el creyente atraviesa por la adversidad? Sencillo, porque la fe debe ser probada (1 Pedro 1:7 RVR1960) y porque el Señor Jesús nos dijo que en el mundo íbamos a tener aflicción (Juan 16:33 RVR1960). Las adversidades no pueden ser el freno para dejar de recibir los planes de bienestar que, como nueva critura, Dios tiene par ti. Olvida el pasado y enfócate en las nuevas cosas que el Padre ya determinó para tu vida. Espero que esta refexión haya sido de gran bendición para ti. No olvides compartir y ser también de bendición para alguien más.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
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