Piensa en el objeto más costoso que haya sido vendido hasta el momento en el mundo, puedo darte un ejemplo: los jugadores de cartas de Paul Cézanne, ¿valor? 250 millones de dólares. ¿Crees que ese cuadro es más valioso que tú? Aunque te cueste creerlo, tú eres más valioso(a) que cualquier artículo que haya sido vendido jamás a un precio exorbitante y ¿sabes por qué? Porque alguien pagó por ti un precio sumamente alto y en sangre, que no es lo mismo, ese alguien fue Jesús, así de valioso(a) eres para Él.
El plan de salvación de Jehová Dios también incluía la redención, es decir el precio del pecado que alguien debía pagar por la transgresión (pecado), pero ese no fuiste tú, ese fue Jesús. Dice la Palabra, "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23 RVR1960), todos debíamos pagar el precio por nuestros pecados, pero Dios le demuestra a la humanidad en un acto sin precedentes Su amor eterno: "porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16 RVR1960). Dios puso a Su unigénito en tu lugar para que pagara por ti lo que has hecho ¿Te das cuenta qué tan importante eres para Dios? Quizá en la vida alguien te ha maltratado de palabra, ha abusado de ti física y sexualmente, te ha hecho sentir de lo peor... Pero con todo y eso, NADA está ni estará por encima del valor que tienes para Dios. Imagina cuán valioso(a) eres que Dios no escatimó poner a Su hijo en tu lugar, es así cómo te ve Dios.
Sé que hay situaciones en la vida en donde quisieras desaparecer a raíz de lo que otros te han hecho, no obstante recuerda ese amor que Dios siente por ti y ese precio que tienes para Él. En el evangelio de Mateo, el Señor Jesús sana a un hombre que tenía la mano seca en un día de reposo, sin embargo, uno de los fariseos lo cuestiona y le pregunta si era lícito sanar ese día a lo que el Señor le responde, "¿cuánto más vale un hombre que una oveja?" (Mateo 12:12 RVR1960). ¿Cuánto más vales? Vales mucho, no lo olvides, Dios no lo olvidó, eres valioso, muy valioso para Él. Espero que esta corta reflexión haya llegado en un buen momento a tu vida, sé de bendición también y COMPARTE.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla.
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