Y todo lo que hagas, hazlo con excelencia
¿Alguna vez te has encontrado con una persona que te hace un favor de mala gana? Yo sí, y en varias ocasiones. ¿Alguna vez has conocido a alguien en la oficina que hace las cosas sólo porque sí? Sí, conozco varios. Y, ¿qué hay de aquellos que en la iglesia refunfuñan cuando les dicen que hagan algo en el templo? A esos también los he visto. Pero, ¿qué dice la Palabra de Dios al respecto?
"Y TODO LO QUE HAGÁIS, hacedlo de corazón, COMO PARA EL SEÑOR y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" (Colosenses 3: 23 & 24).
De esta corta, pero profunda Palabra podemos llegar a conocer a tres clases de personas:
Uno, aquellos que hacen las cosas de mala gana; dos, los que las hacen porque deben y, tres, aquellos que las hacen con excelencia. Es fácil identificarlos en nuestro diario caminar por la manera cómo hacen las cosas. Y ¿de qué forma te ve la gente a ti? ¿Con cuál de las tres descripciones antes mencionadas te relacionan? ¿Cómo es tu reacción cuando haces las cosas en la iglesia? ¿Sabías a quién estabas sirviendo cuando hacías y haces las cosas? ¿No crees que es un buen momento para reflexionar?
Cuando Dios creó al hombre lo hizo a Su imagen y semejanza (Génesis 1:27), lo que quiere decir que hay ciertos atributos, como la excelencia, que fueron pasados al hombre y que son atributos de Dios. Con esto no quiero decir que el hombre es Dios, no me malinterpreten. Pero si en Dios hay excelencia para hacerlo todo, en Sus hijos también existir esa misma cualidad, ¿no es así? Pues esas son las cosas que hacen que la gente diga "es que se parece a su papá en todo", he ahí la semejanza de la cual habla la Palabra, no es una semejanza física, sino más bien de atributos que nos diferencian de las demás personas.
El hombre fue llamado para servir, y servir con excelencia, tal cual lo hizo el Señor Jesús, como lo afirma la Palabra en Mateo 20:28 que, "Él vino para servir y dar la vida Su vida en rescate por muchos", y esto sí que es servir con excelencia, qué mejor definición. La enseñanza que nos deja este pasaje es profunda, pues cuando hacemos las cosas no las hacemos buscando agradar al hombre, sino buscando agradar a Jehová Dios, sabiendo que recibiremos una recompensa por hacerlo. Hay que hacerlo todo con excelencia.
Dios te bendiga poderosamente a ti y a los tuyos. LIKE si te ha gustado este mensaje. SHARE para compartirlo con otros. Sé de bendición para otros.
¿Alguna vez te has encontrado con una persona que te hace un favor de mala gana? Yo sí, y en varias ocasiones. ¿Alguna vez has conocido a alguien en la oficina que hace las cosas sólo porque sí? Sí, conozco varios. Y, ¿qué hay de aquellos que en la iglesia refunfuñan cuando les dicen que hagan algo en el templo? A esos también los he visto. Pero, ¿qué dice la Palabra de Dios al respecto?
"Y TODO LO QUE HAGÁIS, hacedlo de corazón, COMO PARA EL SEÑOR y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" (Colosenses 3: 23 & 24).
De esta corta, pero profunda Palabra podemos llegar a conocer a tres clases de personas:
Uno, aquellos que hacen las cosas de mala gana; dos, los que las hacen porque deben y, tres, aquellos que las hacen con excelencia. Es fácil identificarlos en nuestro diario caminar por la manera cómo hacen las cosas. Y ¿de qué forma te ve la gente a ti? ¿Con cuál de las tres descripciones antes mencionadas te relacionan? ¿Cómo es tu reacción cuando haces las cosas en la iglesia? ¿Sabías a quién estabas sirviendo cuando hacías y haces las cosas? ¿No crees que es un buen momento para reflexionar?
Cuando Dios creó al hombre lo hizo a Su imagen y semejanza (Génesis 1:27), lo que quiere decir que hay ciertos atributos, como la excelencia, que fueron pasados al hombre y que son atributos de Dios. Con esto no quiero decir que el hombre es Dios, no me malinterpreten. Pero si en Dios hay excelencia para hacerlo todo, en Sus hijos también existir esa misma cualidad, ¿no es así? Pues esas son las cosas que hacen que la gente diga "es que se parece a su papá en todo", he ahí la semejanza de la cual habla la Palabra, no es una semejanza física, sino más bien de atributos que nos diferencian de las demás personas.
El hombre fue llamado para servir, y servir con excelencia, tal cual lo hizo el Señor Jesús, como lo afirma la Palabra en Mateo 20:28 que, "Él vino para servir y dar la vida Su vida en rescate por muchos", y esto sí que es servir con excelencia, qué mejor definición. La enseñanza que nos deja este pasaje es profunda, pues cuando hacemos las cosas no las hacemos buscando agradar al hombre, sino buscando agradar a Jehová Dios, sabiendo que recibiremos una recompensa por hacerlo. Hay que hacerlo todo con excelencia.
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