Una vida con propósito
Pocas personas mientras estamos en esta tierra logramos descubrir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas y por el cual hemos sido llamados. Antes de conocer a Dios, pensamos que estamos en este mundo para conquistar, para adquirir riquezas o cosas materiales, para cumplir nuestros propios sueños y metas, y eso no está mal. Pero la realidad es otra: estamos aquí para cumplir el propósito por el cual Dios nos escogió y nos llamó con nombre propio. Y es que la verdadera felicidad la haya el hombre al cumplir los sueños y el propósito que Dios tiene para él.
Hoy deseo compartir con ustedes esta Palabra:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
En este pasaje es claro ver que aun el mismo Jesús vino con un propósito a esta tierra y fue darnos vida eterna a través de la cruz. En esta semana en la que recordamos tantas cosas acerca de la vida del Señor Jesús, también debemos recordar la razón por la cual Él vino a esta tierra, porque muchos olvidamos ese sacrificio y no le damos el valor que se merece y pasamos esta vida sin lograr saberlo.
Alguna vez te has preguntado ¿cuál es la obra más preciada de Dios? Tú. Por eso, Satanás quizo destruirla desde el principio en El Huerto del Edén, y por muchos años a través del pecado lo ha querido hacer. Por eso Dios entregó a su único Hijo como sacrificio por todos nosotros. Quisiera preguntarte algo, si tú fueras padre y tuvieras un solo hijo, ¿lo entregarías por una humanidad que se sumerge cada vez más en el pecado? No es necesario que me contestes, simplemente medita sobre esta pregunta.
Cristo murió por ti en una cruz para que tú vivieras eternamente, ¿qué harás tú para dar valor a ese sacrificio que hizo por ti? Lo mínimo que puedes hacer es vivir por y para Él, y cumplir el propósito por el cual fuiste llamado un día. Haz que valga la pena ese sacrificio, que no sea en vano lo que hizo por ti y por mí.
Dios te bendiga sobreabundantemente en este bello día. LIKE si te ha gustado el mensaje. SHARE para compartirlo con otros y ser de bendición.
Pocas personas mientras estamos en esta tierra logramos descubrir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas y por el cual hemos sido llamados. Antes de conocer a Dios, pensamos que estamos en este mundo para conquistar, para adquirir riquezas o cosas materiales, para cumplir nuestros propios sueños y metas, y eso no está mal. Pero la realidad es otra: estamos aquí para cumplir el propósito por el cual Dios nos escogió y nos llamó con nombre propio. Y es que la verdadera felicidad la haya el hombre al cumplir los sueños y el propósito que Dios tiene para él.
Hoy deseo compartir con ustedes esta Palabra:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
En este pasaje es claro ver que aun el mismo Jesús vino con un propósito a esta tierra y fue darnos vida eterna a través de la cruz. En esta semana en la que recordamos tantas cosas acerca de la vida del Señor Jesús, también debemos recordar la razón por la cual Él vino a esta tierra, porque muchos olvidamos ese sacrificio y no le damos el valor que se merece y pasamos esta vida sin lograr saberlo.
Alguna vez te has preguntado ¿cuál es la obra más preciada de Dios? Tú. Por eso, Satanás quizo destruirla desde el principio en El Huerto del Edén, y por muchos años a través del pecado lo ha querido hacer. Por eso Dios entregó a su único Hijo como sacrificio por todos nosotros. Quisiera preguntarte algo, si tú fueras padre y tuvieras un solo hijo, ¿lo entregarías por una humanidad que se sumerge cada vez más en el pecado? No es necesario que me contestes, simplemente medita sobre esta pregunta.
Cristo murió por ti en una cruz para que tú vivieras eternamente, ¿qué harás tú para dar valor a ese sacrificio que hizo por ti? Lo mínimo que puedes hacer es vivir por y para Él, y cumplir el propósito por el cual fuiste llamado un día. Haz que valga la pena ese sacrificio, que no sea en vano lo que hizo por ti y por mí.
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