"Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: heme aquí, ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: ve y acuéstate; y si te llamaré, dirás: HABLA JEHOVÁ, PORQUE TU SIERVO OYE. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: HABLA PORQUE TU SIERVO OYE 1 Samuel 3: 8-10).
Todo creyente tiene un llamado y un propósito en Jehová Dios. Independientemente de lo que haga en la iglesia, el creyente siempre debe cumplir con su llamado y su propósito.
En el caso de Elí, el sacerdote del templo, él ya conocía la voz de Dios y por eso identificó que la voz que escuchaba Samuel era la de Dios, fue por ello que le dio este sabio consejo: dirás, habla Jehová porque tu siervo oye (v. 9). Y sin duda, así lo hizo Samuel.
Muchos creyentes han tenido la oportunidad de escuchar la voz de Dios en sus vidas, y aunque han tenido a un Elí al lado, hicieron caso omiso de ella. No atender la voz de Dios es sinónimo de desobediencia y la desobediencia trae consigo graves consecuencias a la vida del creyente.
La lección del día de hoy es: la obediencia. Samuel escuchó el consejo de Elí e hizo tal cual le dijo, cuando escuchó la voz de Jehová Dios, dispuso su corazón para ello y además, obedeció. De ahora en adelante, dispón tu corazón a obedecer lo que Dios demanda de ti, y cuando te hable dirás: HABLA JEHOVÁ, PORQUE TU SIERVO OYE.
Declaro una semana llena de bendiciones hasta que sobreabunden para ti y tu casa. Dios te guarde.
Todo creyente tiene un llamado y un propósito en Jehová Dios. Independientemente de lo que haga en la iglesia, el creyente siempre debe cumplir con su llamado y su propósito.
En el caso de Elí, el sacerdote del templo, él ya conocía la voz de Dios y por eso identificó que la voz que escuchaba Samuel era la de Dios, fue por ello que le dio este sabio consejo: dirás, habla Jehová porque tu siervo oye (v. 9). Y sin duda, así lo hizo Samuel.
Muchos creyentes han tenido la oportunidad de escuchar la voz de Dios en sus vidas, y aunque han tenido a un Elí al lado, hicieron caso omiso de ella. No atender la voz de Dios es sinónimo de desobediencia y la desobediencia trae consigo graves consecuencias a la vida del creyente.
La lección del día de hoy es: la obediencia. Samuel escuchó el consejo de Elí e hizo tal cual le dijo, cuando escuchó la voz de Jehová Dios, dispuso su corazón para ello y además, obedeció. De ahora en adelante, dispón tu corazón a obedecer lo que Dios demanda de ti, y cuando te hable dirás: HABLA JEHOVÁ, PORQUE TU SIERVO OYE.
Declaro una semana llena de bendiciones hasta que sobreabunden para ti y tu casa. Dios te guarde.
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