"Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la Palabra de Jehová, Él también te ha desechado para que no seas rey. Entonces Saúl dijo a Samuel: yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado (1 Samuel 15: 23-24).
Saúl fue elegido y ungido por Jehová Dios como el primer rey del pueblo de Israel, pero por su desobediencia fue desechado como rey.
¿Qué lecciones podemos aprender hoy de este pasaje?
Primero, desechar o desobedecer la palabra de Jehová. Hacerlo trae consecuencias funestas para el creyente. A Saúl le fue dicho que destruyera a Amalec y todo lo que tenía, mas él le perdonó la vida y tomó anatema junto con su ejército y se quedaron con lo que debían destruir. Aun cuando no nos guste, si Dios nos ordena algo, simplemente hay que hacerlo, pues es Su voluntad.
Segundo, agradar al hombre y no Dios. Otro de los errores que cometió Saúl fue temer al pueblo y no a la voluntad de Dios y, por ello, consintió a sus voces y lo que decían. El creyente debe entender que solamente es necesario agradar a Dios (Hechos 4: 19), sin importar lo que los demás digan o piensen, a mí sólo me interesa lo que Dios diga o piense.
Sin importar cuán difícil sea lo que Dios demande, un buen creyente simplemente obedece Su voz.
Quizá al principio no logremos entender el propósito de las cosas, pero de seguro sí lo entenderemos después. Dice la Palabra en Jeremías 29: 11 que, Él conoce los planes que tiene para nosotros, planes de bienestar y no de calamidad. Cédele a Dios el control, y #DescansaEnÉl.
No olvides compartir esta reflexión con otros, sé de bendición para alguien más. Dios te bendiga tremendamente en este día.
Saúl fue elegido y ungido por Jehová Dios como el primer rey del pueblo de Israel, pero por su desobediencia fue desechado como rey.
¿Qué lecciones podemos aprender hoy de este pasaje?
Primero, desechar o desobedecer la palabra de Jehová. Hacerlo trae consecuencias funestas para el creyente. A Saúl le fue dicho que destruyera a Amalec y todo lo que tenía, mas él le perdonó la vida y tomó anatema junto con su ejército y se quedaron con lo que debían destruir. Aun cuando no nos guste, si Dios nos ordena algo, simplemente hay que hacerlo, pues es Su voluntad.
Segundo, agradar al hombre y no Dios. Otro de los errores que cometió Saúl fue temer al pueblo y no a la voluntad de Dios y, por ello, consintió a sus voces y lo que decían. El creyente debe entender que solamente es necesario agradar a Dios (Hechos 4: 19), sin importar lo que los demás digan o piensen, a mí sólo me interesa lo que Dios diga o piense.
Sin importar cuán difícil sea lo que Dios demande, un buen creyente simplemente obedece Su voz.
Quizá al principio no logremos entender el propósito de las cosas, pero de seguro sí lo entenderemos después. Dice la Palabra en Jeremías 29: 11 que, Él conoce los planes que tiene para nosotros, planes de bienestar y no de calamidad. Cédele a Dios el control, y #DescansaEnÉl.
No olvides compartir esta reflexión con otros, sé de bendición para alguien más. Dios te bendiga tremendamente en este día.
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