"El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias" (Salmos 21: 23).
Guarda tu boca, ponle freno, pues lo que contamina al hombre es lo que sale de su boca. Que tu boca sea usada para bendecir a otros y no para ser un instrumento de maldición.
Dios te guarde, feliz fin de semana.
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