RECOBRANDO MI IDENTIDAD DE HIJO, parte 3
Seguimos con esta tercera entrega de cinco devocionales, que sé serán de gran bendición para tu vida, bajo el título Recobrando Mi Identidad De Hijo. El texto base de estas enseñanzas se encuentra en Lucas 15:11-22 (Versión LBLA), el cual habla acerca de la parábola del hijo pródigo.
Veamos entonces cuál es ese tercer aspecto que deseo compartir con ustedes en este día:
TERCERO
RECOBRANDO MI IDENTIDAD DE HIJOEn los versos 17-18, dice la Palabra que "entonces, volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre!. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti" (Versión LBLA).
Después de haber vivido tantos momentos de angustia y de haber tocado fondo, esta persona recuerda tres cosas bien puntuales:
Uno: cuál era su posición, en medio de tantas cosas que experimentó después de haber recibido su heredad, este joven recuerda quién era él en casa de su padre y la manera cómo vivía en medio de comodidades y, quizá, hasta lujos.
Dos: su identidad, sabe quién era como hijo y quién era su padre y el buen trato que recibía de su padre. También reconoce que su padre trataba bien aún a sus siervos.
Tres: de dónde provenía, al volver en sí, esta persona reacciona y se da cuenta que aquellas circunstancias que estaba viviendo no eran propias de él, pues sabía qué rasgos son los que lo caracterizaban como hijo en la casa de su padre.
En esos momentos de desesperanza, y en los que quizá no vemos una salida de ese túnel, el Espíritu Santo, por medio cual del cual somos separados y apartados para uso exclusivo de Dios, nos recordará quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Pero no debemos olvidar las maquinaciones del enemigo número uno del creyente, el diablo, porque no descansará hasta sembrar en tu mente argumentos y fortalezas que te hagan creer que ya no eres hijo. Y ¿cómo sé que soy aún hijo de Dios?. Mira lo que dice la Palabra en Juan 1:11-13, "a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios" (Versión LBLA).
Nunca olvides que aún como el hijo pródigo, si decidieras regresar al padre después de haber vivido una vida desagradable delante de Él, aún así Él estará dispuesto a recibirte con los brazos abiertos una vez más.
Espero que esta tercera entrega haya sido igualmente de gran bendición para tu vida. Comparte con otras personas este mensaje, sé tú también un instrumento para bendecir otras vidas a través de la Palabra. Espera mañana la cuarta entrega de esta enseñanza, Recobrando Mi Identidad De Hijo. Que tengas un bendecido y feliz día. Dios te guarde y bendiga sobreabundantemente.
Seguimos con esta tercera entrega de cinco devocionales, que sé serán de gran bendición para tu vida, bajo el título Recobrando Mi Identidad De Hijo. El texto base de estas enseñanzas se encuentra en Lucas 15:11-22 (Versión LBLA), el cual habla acerca de la parábola del hijo pródigo.
Veamos entonces cuál es ese tercer aspecto que deseo compartir con ustedes en este día:
TERCERO
RECOBRANDO MI IDENTIDAD DE HIJOEn los versos 17-18, dice la Palabra que "entonces, volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre!. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti" (Versión LBLA).
Después de haber vivido tantos momentos de angustia y de haber tocado fondo, esta persona recuerda tres cosas bien puntuales:
Uno: cuál era su posición, en medio de tantas cosas que experimentó después de haber recibido su heredad, este joven recuerda quién era él en casa de su padre y la manera cómo vivía en medio de comodidades y, quizá, hasta lujos.
Dos: su identidad, sabe quién era como hijo y quién era su padre y el buen trato que recibía de su padre. También reconoce que su padre trataba bien aún a sus siervos.
Tres: de dónde provenía, al volver en sí, esta persona reacciona y se da cuenta que aquellas circunstancias que estaba viviendo no eran propias de él, pues sabía qué rasgos son los que lo caracterizaban como hijo en la casa de su padre.
En esos momentos de desesperanza, y en los que quizá no vemos una salida de ese túnel, el Espíritu Santo, por medio cual del cual somos separados y apartados para uso exclusivo de Dios, nos recordará quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Pero no debemos olvidar las maquinaciones del enemigo número uno del creyente, el diablo, porque no descansará hasta sembrar en tu mente argumentos y fortalezas que te hagan creer que ya no eres hijo. Y ¿cómo sé que soy aún hijo de Dios?. Mira lo que dice la Palabra en Juan 1:11-13, "a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios" (Versión LBLA).
Nunca olvides que aún como el hijo pródigo, si decidieras regresar al padre después de haber vivido una vida desagradable delante de Él, aún así Él estará dispuesto a recibirte con los brazos abiertos una vez más.
Espero que esta tercera entrega haya sido igualmente de gran bendición para tu vida. Comparte con otras personas este mensaje, sé tú también un instrumento para bendecir otras vidas a través de la Palabra. Espera mañana la cuarta entrega de esta enseñanza, Recobrando Mi Identidad De Hijo. Que tengas un bendecido y feliz día. Dios te guarde y bendiga sobreabundantemente.
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