"Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios" (1 Tesalonicenses 5:6).
La actitud que siempre debe tener el creyente es la de estar siempre listo, preparado. Mientras velas estás preparado, alerta y disciernes las acechanzas del enemigo.
Por el contrario, cuando se "duerme" no se está alerta, así que el dormir es sinónimo de descuido, de dejades.
No te descuides durmiendo e ignorando lo que pasa a tu alrededor, vela para que no te tomen por sorpresa.
Dios te bendiga.
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