"Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien" (2 Tesalonicenses 3: 13).
Para ti, ¿qué resulta ser más fácil hacer el bien, o el mal? No es una pregunta retórica, y se que es una pregunta dura.
Si analizaras tan sólo por un instante un día de tu vida, podrías darte cuenta que en muchas ocasiones tendiste a hacer lo malo. Dice la Palabra de Dios que, el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud (Génesis 8: 21). Es como si la naturaleza nos dictara a hacer lo malo, y es por ello que muchas veces somos vencidos de lo malo y terminamos haciendo todo lo contrario a lo que nos demanda el Señor a través de Su Palabra.
Déjame hacerte otra pregunta: ¿puede ir el hombre en contra de lo que le dicta la naturaleza? Absolutamente sí. Y eso es justamente lo que nos enseña la Palabra de Dios en este día: NO NOS CANSEMOS DE HACER EL BIEN. Hacer el bien implica hacer solamente lo que a mi Dios le agrada. Y cuando hago lo que Él me dice, estoy siendo obediente a Su Palabra, y cuando soy obediente, soy bendecido. Si pusieras este principio en práctica, como un estilo de vida, verás que a su tiempo, segarás cosas maravillosas para ti.
No obstante, vendrán momentos en los cuales seremos probados por Dios, porque es necesario que aún en una situación bien adversa puedas vencer el mal con el bien (Romanos 12: 21). No te canses de hacer el bien, porque a su tiempo recogerás lo que has sembrado para tu vida.
Dios te bendiga tremendamente.
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