¿Quién peleará mis batallas por mí?
"Entonces dije: no temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, Él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo en Egipto delante de vuestros ojos" (Deuteronomio 1: 29-30)
En ocasiones el creyente se afana tratando de pelear por sí mismo todas sus batallas, actuando como hijo huérfano. Lo peor es que, se olvida de que tiene un Padre Todopoderoso que le cuida y, que siempre, ha estado con él. Cuando esto sucede, siempre es por la misma razón: los momentos de intimidad con el Padre se han perdido. Porque cuando estoy fuerte en intimidad con mi Padre Celestial, descanso en Él para que Él haga por mí.
En este pasaje, Moisés se dirigía al pueblo de Israel, estando aún en el desierto, motivándoles a no tener miedo y recordándoles, además, quién era su Dios y si estás pasando por un duro desierto y tus enemigos te están sitiando, entonces recuerda: NO TEMAS, NI TENGAS MIEDO. No olvides quién es tu Padre, de Jehová de los Ejércitos, el Todopoderoso. No te aflijas, pues tienes quién pelee por ti todas tus batallas.
Pero, ¿qué podemos aprender de este corto pasaje?
Primero, CERO TEMOR. El temor es el arma predilecta del enemigo para desanimarlo. Cuando abres las puertas de tu mente y de tu corazón al temor, le has dado potestad al enemigo de jugar con lo que has creído.
Segundo, ¿QUÉ LUGAR LE ESTÁS DANDO A DIOS EN TU VIDA? Pareciera una pregunta tonta, pero cuando Dios no tiene el primer lugar en tu vida, entonces Él no puede ir delante de ti, como lo dice la Palabra de hoy, pues tú no se lo permites. Suelta tu carga hoy y entrégasela.
Tercero, NO OLVIDES QUE DIOS SIEMPRE HA PELEADO POR TI. En momentos de angustias es cuando más debemos recordar todas aquellas cosas que Dios ha hecho por nosotros. Ten la firme convicción de que Él continuará peleando por ti y tú estarás tranquilo (Éxodo 14:14).
El principal testigo de las maravillas que Dios ha hecho contigo eres tú mismo. Recuerda todas las batallas que junto a Dios has ganado, recuerda de dónde te sacó y la forma cómo lo hizo, si lo hizo una vez, Él lo hará otra vez, esto no lo puedes olvidar. Adelante, no te dejes amedrentar por el enemigo, eres más que vencedor.
Que tengas un excelente y bendecido día.
"Entonces dije: no temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, Él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo en Egipto delante de vuestros ojos" (Deuteronomio 1: 29-30)
En ocasiones el creyente se afana tratando de pelear por sí mismo todas sus batallas, actuando como hijo huérfano. Lo peor es que, se olvida de que tiene un Padre Todopoderoso que le cuida y, que siempre, ha estado con él. Cuando esto sucede, siempre es por la misma razón: los momentos de intimidad con el Padre se han perdido. Porque cuando estoy fuerte en intimidad con mi Padre Celestial, descanso en Él para que Él haga por mí.
En este pasaje, Moisés se dirigía al pueblo de Israel, estando aún en el desierto, motivándoles a no tener miedo y recordándoles, además, quién era su Dios y si estás pasando por un duro desierto y tus enemigos te están sitiando, entonces recuerda: NO TEMAS, NI TENGAS MIEDO. No olvides quién es tu Padre, de Jehová de los Ejércitos, el Todopoderoso. No te aflijas, pues tienes quién pelee por ti todas tus batallas.
Pero, ¿qué podemos aprender de este corto pasaje?
Primero, CERO TEMOR. El temor es el arma predilecta del enemigo para desanimarlo. Cuando abres las puertas de tu mente y de tu corazón al temor, le has dado potestad al enemigo de jugar con lo que has creído.
Segundo, ¿QUÉ LUGAR LE ESTÁS DANDO A DIOS EN TU VIDA? Pareciera una pregunta tonta, pero cuando Dios no tiene el primer lugar en tu vida, entonces Él no puede ir delante de ti, como lo dice la Palabra de hoy, pues tú no se lo permites. Suelta tu carga hoy y entrégasela.
Tercero, NO OLVIDES QUE DIOS SIEMPRE HA PELEADO POR TI. En momentos de angustias es cuando más debemos recordar todas aquellas cosas que Dios ha hecho por nosotros. Ten la firme convicción de que Él continuará peleando por ti y tú estarás tranquilo (Éxodo 14:14).
El principal testigo de las maravillas que Dios ha hecho contigo eres tú mismo. Recuerda todas las batallas que junto a Dios has ganado, recuerda de dónde te sacó y la forma cómo lo hizo, si lo hizo una vez, Él lo hará otra vez, esto no lo puedes olvidar. Adelante, no te dejes amedrentar por el enemigo, eres más que vencedor.
Que tengas un excelente y bendecido día.
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