Para mucha gente su prioridad número uno es
trabajar duro para suplir todas las necesidades de su familia. Para
otros, el novio o la novia, quizá para ti tu
prioridad número uno son las amistades, las fiestas los fines de semana.
¿Sabes algo? Todas “esas prioridades” son excusas que el enemigo ha
puesto en frente de ti para que te distraigas y dejes de buscar a Dios, y es así como él
logra que cada día te alejes más de la(s) promesa(s) que Jehová te dio.
No importa cuánto tiempo dure esa estrategia del enemigo, si Dios emepezó
contigo algo, Él lo perfeccionará y lo terminará sin importar lo que se
interponga en el camino.
Nuestra gran preocupación siempre es lo
que necesitamos, sin embargo la Palabra nos enseña en Lucas 12:29 que, no debemos preocuparnos por las cosas que necesitamos porque nuestro Padre
sabe de qué tenemos necesidad. Tu prioridad no debe ser el trabajar duro
para poner pan en la mesa de tu casa. Tampoco tu relación sentimental, ni el
trabajo ni tus amigos. Tu prioridad número uno siempre debe ser Dios. Jesucristo
igualmente nos enseña que el mandamiento más importante de toda la ley es amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mateo 22:37).
La Palabra del día de hoy se
encuentra en:
San Juan 12:31
Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os
serán añadidas.
La búsqueda de Dios debe ser nuestra prioridad
número uno, por encima de cualquier cosa. No hay nada más importante que Jehová tu Dios. Si Él conoce todas las peticiones de tu corazón,
mucho antes de que tú se las pidas, ¿no crees que Él las concederá conforme a Su voluntad? Sin embargo, debes
tener claro que Dios no te va a dar nada que te aleje de Su presencia. Recuerdo bien cuando leía “La Generación de la Undecima hora” de
Daniel Calveti, que aprendí una gran lección, la cual he compartido con mucha
gente: lo que te aleja de Dios, no es de Dios.
El Señor nunca te dará
algo que te aleje de Él, eso hay que tenerlo bien claro para que empieces a ver
qué te aleja de Él. Yo desconozco cuáles son los deseos de tu
corazón y cuáles son las prioridades que tienes. Pero si tu prioridad número
uno no es Dios, dájame decirte que estás viviendo, entonces, una vida de afán,
peleando con tus propias fuerzas batallas que no te corresponden. Pon todo en
las manos de Dios, deja que Él lo haga por ti. Ponlo a Él como tu número uno y
verás como Su gracia será de gran bendición para ti y los tuyos. No te afanes
por las cosas del mundo, pues si Dios ya conoce tus necesidades, Él a su tiempo te las concederá.
He aprendido algo importante, cuando Dios está de
número uno, todo lo demás es añadido. Recuerdo que
hace par de años atrás, tuve una clase privada de inglés con cuatro estudiantes los domingos de 9 AM a 1 PM que
me pagaba muy bien, pero me impedía congregarme y buscar más de la
presencia de Dios. Así que un día tomé la determinación de cancelarla y puse a
Dios por encima del dinero y, ¿sabes qué? Él respaldó mi decisión, qué tremendo. Después de
eso, vinieron ofertas de trabajo que eran distracciones para mi vida espiritual, y
además afectaban el tiempo que había determinado para trabajarle al Señor. Sin
embargo, cuando vino la oferta correcta, sabía que venía de parte de Dios porque no
afectaba las cosas de la iglesia.
¿Cuál es tu prioridad número uno? ¿A qué amas
más? Vale la pena echar una mirada introspectiva y pongas tus cosas en
orden y le des a Dios el lugar que se merece y verás que todas
las demás cosas, es decir los deseos de tu corazón, serán añadidos.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
Amén amén amén
ResponderBorrarGracias por tu comentario Aychel. Dios te continue bendiciendo.
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