Cuando estaba recién casado, muchas personas allegadas me preguntaban cuándo iba a tener bebé y, hasta cierto
punto, este tipo de preguntas ejercen una presión emocional, las cuales hacen que una serie de pensamientos negativos vengan a nuestra mente, pero sabía en quién había creído y las promesas que Él me había hecho. En esos
momentos, es cuando el enemigo puede entrar y empezar a sembrar cosas en tu mente, depende de ti si le crees.
Como resultado de esa situación, mi esposa sintió más la presión y vino una
época para ella en la que todo el mundo le decía que estaba embarazada,
inclusive hasta mi madre le dijo que sí era así. Todas esas situaciones y
comentarios cuando se combinan crean un panorama emocional bastante complicado
y si no se está preparado para ello, fácilmente el creyente puede resbalar y
menguar en su fe porque le deja de creer a Dios, no en nuestro caso. En
esos días, el Señor nos regaló una Palabra que nos hizo
recordar que es Él quien tiene el control de todo, hasta de nuestras vidas.
La Palabra de hoy se encentra en:
San Juan 6: 38
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del
que me envió.
Cuando compartimos este verso como devocional, comprendimos que Dios hablaba a
nuestras vidas directamente. Fue allí cuando ambos entendimos que hasta en el
detalle del bebé es Él quien sabe cuándo ha de venir. Con nuestras fuerzas nosotros
lo intentamos, pero es el Señor quien, en últimas, decide por nosotros,
y comprendimos que hasta este punto Su Voluntad no había sido que tuviéramos bebé,
aunque pueda sonar un poco duro, pero así era. Cuando se hace la voluntad de
Dios, le permitimos a Él tener control absoluto de TODO, la voluntad del Padre
no incluye nuestros planes, sino los que Él tiene preparados para cada uno de
nosotros. Y muchas veces creemos que somos nosotros quienes decidimos qué es lo
mejor para uno, ¿cierto?
Después de compartir esta palabra como pareja, sentimos una paz en
nuestros espíritus porque sabíamos que esa Palabra venía directamente del Padre
y que Él en ese momento nos hablaba. Amado(a) que lees este devocional, si hoy
tú te encuentras atravesando por una situación en la que la gente te ha dicho
cosas y tú simplemente ves otra diferente, entonces mi pregunta es ¿crees tú
que es esa la voluntad del Padre? Dios hoy te dice: Yo no pienso
como piensan ustedes ni actúo como ustedes actúan (Isaías 55: 8,
TLA). Quizá los planes que tienes deberías presentarselos a Dios para
saber si Él está de acuerdo con ellos o para saber si ellos hacen parte de ese
plan que Dios tiene para con tu vida.
Algo que todo creyente debe entender es que el tiempo de Dios es perfecto y que
si nos sometemos a Su Voluntad lo que Él añadiere trarerá consigo algo
especial: una paz que sobrepasa todo entendimiento. Entender la Voluntad de
Dios es también entender que Él tiene el control de los tiempos y si eso que
tanto anhelas no ha llegado a tu vida, lo más probable es que para el Padre aún
no sea el tiempo de añadirlo a tu vida. Aprendamos a descansar en Dios y a entender
que es Él quien tiene el control absoluto de todo lo que nos sucede. Pemítele a
Él que sean sus planes y su tiempo y verás como en tu vida la carga se hace
ligera. Recuerda, es Dios quien tiene el control, con tus fuerzas no lo
lograrás.
Bajo la guía del Espíritu Santo,
Sergio Meza Padilla
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