Yo temo a Jehová, ¿y tú?
La Biblia nos enseña que el principio de toda sabiduría es el temor de Jehová (Proverbios 1:7). Y muchas veces divagamos en este verso tratando de entender lo que quiere decir. Sin embargo, sólo cuando empezamos a guardar la ley y caminamos conforme Dios desea que lo hagamos, es cuando nos damos cuenta del real significado de este pequeño versículo. El temor de Jehová no significa pensar en todo momento que Él nos va a castigar o permitirá que cosas malas nos sucedan, no, eso no es temor de Jehová. Mi temor de Jehová es fallarle en algo, hacer cosas que a Él no le agraden, vivir una vida desenfrenada, defraudarle con mis actuaciones, etc, ese es mi temor de Jehová.
¿Has sentido alguna vez como si Dios no te escuchara? Cuando esos momentos lleguen a tu vida es hora de preguntarte qué es lo que estás haciendo para que tus oraciones no tengan respuestas.
Veamos lo que dice La Palabra en el día de hoy:
"Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará (Salmos 145:18-19 - RVR1969).
La Biblia nos enseña que Dios está cerca de todos los que le invocan, es decir Él nos escucha a todos. No escoge a quién escuchar y a quién no, ¿verdad? Pero le presta especial atención a quienes le invocan y le buscan de veras. Esto quiere decir los que lo hacen de corazón. Por esa razón, cuando le pediste algo de corazón te lo dio, si estaba dentro de Su voluntad. Pero luego de un tiempo, cuando le volviste a buscar porque deseabas que te concediera algo más, la misma fórmula no te funcionó y te alejaste. Pero ¿en qué fallaste? ¿Por qué no te escuchó? Quizá una buena razón fue que te alejaste y perdiste ese temor que antes tenías, y llegaste a pensar que sin Él también podías alcanzar tus metas. Esa actitud tal vez hizo que Dios no inclinara su oído para atender tus peticiones.
Hay dos cosas que debemos aprender de este versículo:
Uno, Dios cumple el deseo de aquellos que le temen. Si en ti no hay temor de Jehová, lo más probable es que no te conceda las peticiones peticiones de tu corazón y por eso pides, pides y nada pasa. Así pues, revalúa tu comunión con Dios procurando restablecer aquello que se había perdido.
Dos, Dios oirá el clamor de ellos (o sea tú y yo) y los salvará. Esto quiere decir que nos librará de nuestros enemigos, mas no quiere decir que quedamos exentos de pruebas.
Quizá habías sentido que Dios no te escuchaba y llegaste a sentirte muy solo, y abandonado. Pero revaluando tus acciones llegaste a la conclusión de que te apartaste de Dios y nada te importó, perdiste el temor a Jehová.
Es tiempo de restablecer esa comunión que hizo que la mano de Dios actuara a tu favor. Hoy es tiempo de volver a entender que el principio de toda sabiduría es el temor de Jehová.
Dios te bendiga sobreabundantemente. Sé de bendición y no olvides compartir.
La Biblia nos enseña que el principio de toda sabiduría es el temor de Jehová (Proverbios 1:7). Y muchas veces divagamos en este verso tratando de entender lo que quiere decir. Sin embargo, sólo cuando empezamos a guardar la ley y caminamos conforme Dios desea que lo hagamos, es cuando nos damos cuenta del real significado de este pequeño versículo. El temor de Jehová no significa pensar en todo momento que Él nos va a castigar o permitirá que cosas malas nos sucedan, no, eso no es temor de Jehová. Mi temor de Jehová es fallarle en algo, hacer cosas que a Él no le agraden, vivir una vida desenfrenada, defraudarle con mis actuaciones, etc, ese es mi temor de Jehová.
¿Has sentido alguna vez como si Dios no te escuchara? Cuando esos momentos lleguen a tu vida es hora de preguntarte qué es lo que estás haciendo para que tus oraciones no tengan respuestas.
Veamos lo que dice La Palabra en el día de hoy:
"Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará (Salmos 145:18-19 - RVR1969).
La Biblia nos enseña que Dios está cerca de todos los que le invocan, es decir Él nos escucha a todos. No escoge a quién escuchar y a quién no, ¿verdad? Pero le presta especial atención a quienes le invocan y le buscan de veras. Esto quiere decir los que lo hacen de corazón. Por esa razón, cuando le pediste algo de corazón te lo dio, si estaba dentro de Su voluntad. Pero luego de un tiempo, cuando le volviste a buscar porque deseabas que te concediera algo más, la misma fórmula no te funcionó y te alejaste. Pero ¿en qué fallaste? ¿Por qué no te escuchó? Quizá una buena razón fue que te alejaste y perdiste ese temor que antes tenías, y llegaste a pensar que sin Él también podías alcanzar tus metas. Esa actitud tal vez hizo que Dios no inclinara su oído para atender tus peticiones.
Hay dos cosas que debemos aprender de este versículo:
Uno, Dios cumple el deseo de aquellos que le temen. Si en ti no hay temor de Jehová, lo más probable es que no te conceda las peticiones peticiones de tu corazón y por eso pides, pides y nada pasa. Así pues, revalúa tu comunión con Dios procurando restablecer aquello que se había perdido.
Dos, Dios oirá el clamor de ellos (o sea tú y yo) y los salvará. Esto quiere decir que nos librará de nuestros enemigos, mas no quiere decir que quedamos exentos de pruebas.
Quizá habías sentido que Dios no te escuchaba y llegaste a sentirte muy solo, y abandonado. Pero revaluando tus acciones llegaste a la conclusión de que te apartaste de Dios y nada te importó, perdiste el temor a Jehová.
Es tiempo de restablecer esa comunión que hizo que la mano de Dios actuara a tu favor. Hoy es tiempo de volver a entender que el principio de toda sabiduría es el temor de Jehová.
Dios te bendiga sobreabundantemente. Sé de bendición y no olvides compartir.
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